Fe en jesús resucitado: significado y testimonio

El Evangelio de Juan relata los encuentros de los apóstoles, María de Magdala y otros discípulos con Jesús Resucitado. En una de estas ocasiones, el apóstol Tomás no está presente y los demás intentan transmitirle su alegría y testimonio de haber visto al Señor. Sin embargo, Tomás no puede aceptar este testimonio indirecto y desea ver y tocar a Jesús en persona.

Días más tarde, Jesús se presenta nuevamente a un grupo de discípulos, y esta vez Tomás está presente. Él proclama su fe y total adhesión al Resucitado, diciendo: ¡señor mío y dios mío!. Jesús responde a Tomás diciendo: dichosos los que no han visto y han creído.

Este pasaje del Evangelio de Juan fue escrito después de la desaparición de los testigos oculares de la vida, muerte y resurrección de Jesús. A partir de ese momento, el mensaje evangélico se transmitió a través de las generaciones, fundado en el testimonio de aquellos que habían recibido el anuncio. Aquí comienza el tiempo de la Iglesia, el pueblo de Dios que continúa anunciando el mensaje de Jesús, transmitiendo su Palabra fielmente y viviéndola con coherencia.

Nosotros también hemos conocido a Jesús, el Evangelio y la fe cristiana a través del testimonio de otros, y hemos creído. Por eso somos dichosos. Jesús nos invita a tener fe, a creer en su amor y a no esperar pruebas o señales para avanzar en nuestra vida espiritual. La fe nos permite acercarnos a Él, comprenderlo en profundidad y encontrarlo en lo más profundo de nuestro corazón.

Índice
  1. Significado de las palabras de Jesús dichosos los que creen sin ver
    1. La fe pascual como testimonio de amor y solidaridad

Significado de las palabras de Jesús dichosos los que creen sin ver

La frase dichosos los que creen sin ver, pronunciada por Jesús en el Evangelio de Juan 20, 19-31, nos invita a reflexionar sobre el significado de la fe pascual. Los relatos de las apariciones de Jesús resucitado en los Evangelios nos llevan a experiencias de fe que van más allá de lo que nuestros sentidos pueden captar físicamente.

Aunque se utilizan imágenes que se refieren a ver, oír y tocar, la realidad a la que se refieren es espiritual. Jesús entra en un recinto con las puertas cerradas y realiza acciones que permiten a sus discípulos reconocerlo en su nueva vida, no limitada por la materia ni por las dimensiones del espacio y del tiempo. El encuentro con Tomás, donde Jesús muestra las heridas en sus manos, pies y costado, significa que es el mismo Jesús que murió en la cruz, pero solo es reconocible a través de la fe.

La primera carta de San Pedro también nos habla de aquellos que aman a Jesucristo sin haberlo visto físicamente. El encuentro con Jesucristo resucitado desde la fe nos llena de alegría y nos libera del pecado, la tristeza, el vacío interior y el aislamiento. Esta alegría es el testimonio vivo de la verdad del mensaje pascual que proclamamos como cristianos.

La fe pascual como testimonio de amor y solidaridad

Los primeros cristianos vivían en una comunidad de amor solidario, dando un testimonio vivo de la verdad del mensaje pascual. Como cristianos de hoy, también debemos vivir de esta manera para que nuestra fe pascual sea creíble. La alegría del Evangelio llena nuestro corazón y nuestra vida entera cuando nos encontramos con Jesús y nos dejamos salvar por Él.

El pasaje de Juan 20, 19-29 nos enseña la importancia de la fe y la confianza en Jesús, incluso sin haberlo visto físicamente. La fe nos permite experimentar la alegría y la liberación que viene de encontrarnos con el Resucitado. Como cristianos, somos llamados a vivir esta fe con coherencia y a dar testimonio de ella a través de nuestro amor y solidaridad hacia los demás.

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