El narcisismo es un concepto fundamental en la teoría psicoanalítica de Jacques Lacan. En este artículo, exploraremos cómo Lacan desarrolla su concepto de narcisismo a lo largo de distintas obras. Desde su perspectiva, el narcisismo se relaciona con la formación del yo, la imagen corporal y la relación con el otro. A través del estadio del espejo, Lacan plantea que el individuo se identifica con una imagen reflejada de sí mismo, lo que constituye una alienación fundamental y origina el yo ideal.
El narcisismo en Lacan: Seminario 1, 1954
En su Seminario 1, Lacan examina la obra de Freud sobre el narcisismo y destaca la concepción bipolar del sujeto libidinal y el entorno. A partir de esta concepción, Lacan introduce el estadio del espejo como fundamento de la relación imaginaria y la constitución del yo. El narcisismo se divide en dos formas: el narcisismo primario, relacionado con la imagen corporal como imagen real, y el narcisismo secundario, relacionado con la identificación narcisista del otro.
Relación entre el objeto y el yo
En la formación del objeto y el yo, Lacan plantea que ambos están estrechamente relacionados. El narcisismo implica una carga libidinal sobre la imagen del yo, y la retirada de libido de los objetos genera una indiferenciación entre el yo y el interés del yo. Además, el yo se forma a través de la experiencia de lenguaje con el otro, quien manifiesta deseos y órdenes al sujeto. Para reconocer sus propios deseos, el sujeto necesita la función simbólica.
El estadio del espejo y el yo ideal
El estadio del espejo es un momento crucial en la formación del yo. A través de la identificación imaginaria con la imagen reflejada, el individuo se reconoce como forma vacía del cuerpo. Esta identificación da lugar al yo ideal, que sustenta las identificaciones secundarias. Sin embargo, el yo ideal es una ficción y requiere la presencia del otro para dar respuesta a los interrogantes identitarios.
El narcisismo en Lacan: Seminario 10, 1963
En su Seminario 10 sobre la angustia, Lacan relaciona el deseo vinculado a la imagen con el campo del ojo. La imagen del objeto a representa un agujero presente en toda imagen que identifica al yo. El acercamiento a este vacío genera angustia, y el sujeto intenta taparlo con objetos de deseo. Lacan destaca que la verdad del sujeto está en lo pre-especular, en contraposición a las complacencias escópicas del yo.
El narcisismo en Lacan se relaciona con la formación del yo, la identificación imaginaria y la relación con el otro. A través del estadio del espejo, el individuo se identifica con una imagen reflejada de sí mismo, lo que constituye una alienación fundamental. El narcisismo implica una carga libidinal sobre la imagen del yo y está estrechamente relacionado con la formación del objeto. Para Lacan, la verdad del sujeto se encuentra en lo pre-especular y requiere la presencia del otro para su reconocimiento.