La crisis del Antiguo Régimen fue un proceso histórico que tuvo lugar en Francia en el siglo XVIII. Fue provocada por una serie de factores sociales, económicos y políticos que llevaron al colapso del sistema feudal y al inicio de la Revolución Francesa.
El pensamiento ilustrado y el germen de la Revolución Francesa
El germen de la Revolución Francesa fue el pensamiento ilustrado, un movimiento cultural e intelectual que puso a la razón por encima de Dios o del rey. Los ilustrados defendían el progreso y el uso público de la razón como motor para el desarrollo humano.
En el Antiguo Régimen, el Tercer Estado, formado por el campesinado y la emergente clase burguesa, sufría una serie de injusticias y desigualdades. Mientras el clero y la nobleza no pagaban impuestos, el Tercer Estado debía soportar una carga fiscal excesiva.
Además, el campesinado debía pagar el diezmo a la Iglesia y tributos a la nobleza por el uso de las tierras. Esta situación generaba una creciente tensión social y económica en Francia.
La convocatoria de los Estados Generales y el fin de una era
Ante las protestas y desórdenes sociales, el rey Luis XVI convocó a los Estados Generales, una asamblea representativa de los Tres Estados: el clero, la nobleza y el Tercer Estado. Esta asamblea se reunió por última vez en Versalles el 5 de mayo de 178
El Tercer Estado, al ser el más numeroso, exigió una representación proporcional en la asamblea. Sin embargo, las clases altas se negaron y se mantuvo la tradición de votar por estamentos, lo que garantizaba la mayoría a la nobleza y al clero.
Ante esta situación, el Tercer Estado se declaró como único representante legítimo del pueblo y formaron la Asamblea Nacional. Esta asamblea se reunió por primera vez el 17 de junio de 1789 y marcó el inicio de la Revolución Francesa.
La toma de la Bastilla y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
La tensión entre el rey y la Asamblea Nacional aumentó cuando el rey destituyó a su asesor de finanzas, Jacques Necker, que apoyaba medidas en favor del Tercer Estado. Esto llevó a un llamado a las armas por parte de los diputados y el 14 de julio de 1789, los parisinos tomaron la prisión de la Bastilla, un símbolo del absolutismo.
Mientras tanto, la Asamblea Nacional trabajaba en un documento que serviría de preámbulo para la nueva Constitución: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Este documento establecía los principios de igualdad, libertad y propiedad, y fue inspirado por las ideas ilustradas y la Declaración de Independencia de Estados Unidos.
La toma de la Bastilla y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano marcaron hitos importantes en el proceso revolucionario y sentaron las bases para la abolición del feudalismo y la promulgación de la primera constitución francesa en 179
La crisis del Antiguo Régimen en Francia fue el resultado de una serie de injusticias sociales, económicas y políticas. El pensamiento ilustrado y la lucha por la igualdad y la libertad fueron los pilares fundamentales de la Revolución Francesa. La toma de la Bastilla y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano marcaron el comienzo de un nuevo orden político y social en Francia.