La parábola del trigo y la cizaña: enseñanzas de jesús

La parábola del trigo y la cizaña es una de las parábolas enseñadas por Jesús de Nazaret, que se encuentra en el Evangelio de Mateo (13, 24-30). También aparece en el evangelio apócrifo de Tomás (dicho 57). Esta parábola es la decimosegunda en el Nuevo Testamento y se sitúa después de la parábola del sembrador y antes de la parábola de la semilla de mostaza.

Índice
  1. Narración de la parábola
  2. Interpretación teológica de la parábola
  3. Significado de la parábola
    1. Aplicación actual de la parábola

Narración de la parábola

En la parábola, Jesús cuenta la historia de un hombre que sembró buena semilla en su campo. Mientras todos dormían, su enemigo sembró cizaña entre el trigo y se fue. Cuando la hierba creció y dio fruto, también apareció la cizaña. Los siervos del dueño del campo le preguntaron si había sembrado semilla mala, pero él les explicó que un enemigo lo había hecho. Los siervos sugirieron arrancar la cizaña, pero el dueño les pidió que dejaran que ambos crecieran juntos hasta la siega. Entonces, se recogería la cizaña y se quemaría, mientras que el trigo se almacenaría en su granero.

Interpretación teológica de la parábola

Jesús también ofrece una explicación de la parábola, afirmando que el que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, el campo es el entorno, la buena semilla son los hijos del reino y la cizaña son los hijos del mal. El enemigo que siembra la cizaña es el diablo, la siega es el fin del siglo y los segadores son los ángeles. Así como la cizaña se arranca y se quema en el fuego, también sucederá al final de los tiempos. Los ángeles recogerán a los que hacen iniquidad y los echarán en el horno de fuego, mientras que los justos resplandecerán en el reino de Dios.

el trigo y la cizaña resumen - Cuál es la diferencia entre trigo y cizaña

Significado de la parábola

La parábola del trigo y la cizaña nos enseña varias lecciones importantes. En primer lugar, nos muestra que el bien y el mal coexisten en el entorno y que solo al final de los tiempos se llevará a cabo la separación definitiva. En segundo lugar, nos enseña que no debemos juzgar prematuramente a los demás, ya que solo Dios conoce los corazones y las intenciones de las personas. Además, nos invita a ser pacientes y compasivos, permitiendo que Dios actúe en su tiempo y confiando en su justicia y misericordia.

Aplicación actual de la parábola

La parábola del trigo y la cizaña sigue siendo relevante en la actualidad. Nos recuerda que vivimos en un entorno donde el bien y el mal están presentes, y que debemos esforzarnos por cultivar el bien en nuestras vidas y en la sociedad. También nos anima a ser compasivos y tolerantes con aquellos que están en un camino diferente al nuestro, confiando en que Dios tiene un plan para cada persona.

La parábola del trigo y la cizaña nos enseña sobre la coexistencia del bien y el mal en el entorno, la importancia de no juzgar prematuramente a los demás y la necesidad de ser pacientes y compasivos. Nos invita a confiar en la justicia y misericordia de Dios y a trabajar por cultivar el bien en nuestras vidas y en la sociedad.

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