El Domingo Sangriento, también conocido como Domingo Rojo, fue un evento trágico que tuvo lugar el 22 de enero de 1905 en San Petersburgo, Rusia. Durante ese día, manifestantes desarmados liderados por el padre Gapon fueron tiroteados por soldados de la Guardia Imperial mientras marchaban hacia el Palacio de Invierno para presentar una petición al zar Nicolás II.
Antecedentes
Después de la emancipación de los siervos en 1861, surgió una nueva clase obrera campesina en las ciudades de Rusia. Estos trabajadores enfrentaron abusos por parte de sus empleadores en las fábricas, como largas jornadas laborales, bajos salarios y condiciones laborales inseguras. Estos abusos llevaron a la realización de huelgas en todo el país.
Aunque el gobierno ruso no castigaba severamente las huelgas, a menudo se atendían las quejas de los huelguistas y se exigía a los empleadores corregir sus abusos. Sin embargo, la incapacidad del gobierno para abordar un sistema desequilibrado que favorecía a los empresarios provocó la continuación de las huelgas. En 1886, se aprobó una ley que obligaba a los empresarios a especificar por escrito las condiciones de trabajo en sus fábricas. A pesar de estas medidas, las huelgas continuaron y aumentaron en la década de 1890.
El padre Gapon, un sacerdote que dirigía la Asamblea de los obreros de las fábricas y molinos rusos de San Petersburgo, jugó un papel destacado en las huelgas. Esta organización servía como un sindicato para los trabajadores y buscaba mejorar las condiciones laborales. El 19 de enero de 1905, la Asamblea decidió presentar una petición al zar Nicolás II para solicitar mejores condiciones de trabajo, salarios justos y una reducción de la jornada laboral. Otras demandas incluían el fin de la guerra ruso-japonesa y la introducción del sufragio universal. Gapon planeaba liderar una procesión de trabajadores hasta el Palacio de Invierno el domingo siguiente.
La marcha y la masacre
El domingo 22 de enero, más de 000 trabajadores marcharon pacíficamente hacia el Palacio de Invierno. Sosteniendo iconos religiosos y cantando canciones patrióticas, los manifestantes desconocían que el zar no se encontraba en la ciudad. El plan era que todas las columnas se unieran frente al edificio a las 14:00 horas.
El jefe de la policía de seguridad, el gran duque Vladimir, tío de Nicolás II, intentó detener la marcha y ordenó a su policía disparar contra los manifestantes. Entre las 10 y las 11 de la mañana, se disparó contra la columna liderada por Gapon, resultando en la muerte de cuarenta personas. A las 2 de la tarde, un destacamento de 300 soldados se dirigió a Nevsky Prospekt, la calle principal de la ciudad, y disparó contra la multitud en pánico, muchos de los cuales no habían participado en la marcha.
El número exacto de muertos es incierto. El gobierno registró 96 muertos, mientras que fuentes no gubernamentales afirmaron que fueron más de 000. Se estima que hubo alrededor de 000 muertos y heridos. La masacre provocó huelgas en otras ciudades, levantamientos campesinos en todo el país y motines en las fuerzas armadas. La Asamblea fue clausurada ese mismo día y Gapon abandonó Rusia.
Consecuencias y Revolución Rusa
Poco después del Domingo Sangriento, estallaron huelgas en Rusia y en otras ciudades como Varsovia, Riga, Vilna y Bakú. Nicolás II fue ampliamente culpado por su ineficacia en la crisis, lo que generó un aumento del descontento hacia su gobierno. Aunque intentó apaciguar al pueblo con la creación de una Duma, su gobierno recurrió a la violencia a finales de 1905 para detener el creciente movimiento huelguístico.
Aunque el Domingo Sangriento no fue concebido como un movimiento revolucionario, las consecuencias de la reacción del gobierno llevaron a la revolución al cuestionar la autocracia y la legitimidad del zar. Después de la masacre, la relación entre el zar y su pueblo se rompió, y su posición y derecho a gobernar quedaron deslegitimados.
El Domingo Sangriento en Rusia fue un evento trágico que marcó un punto de inflexión en la historia del país. La masacre de manifestantes desarmados llevó a un aumento de las protestas y a la posterior revolución que cambiaría el curso de Rusia.