Alimentación en contextos de pobreza: retos y soluciones

En la Ciudad de México, cerca de una cuarta parte de la población se encuentra en condiciones de inseguridad alimentaria. Aunque históricamente, esta condición se ha asociado con zonas rurales y de extrema pobreza, el actual sistema alimentario ha vulnerado incluso los contextos urbanos.

Ayari Pasquier Merino, subsecretaria de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad de la UNAM, explica que la distribución a gran escala de alimentos procesados y el aumento de precios de los productos frescos son factores que reproducen la desigualdad social en el marco del sistema alimentario global.

Índice
  1. Factores que afectan la alimentación en contextos de pobreza
  2. ¿Qué comen las personas más pobres?
  3. El reto de la alimentación para las madres trabajadoras

Factores que afectan la alimentación en contextos de pobreza

Un estudio realizado por la científica a madres de familia en condiciones de pobreza y carencia alimentaria en la Ciudad de México reveló que la falta de dinero es considerado el principal obstáculo para que se alimenten saludablemente. El gasto semanal per cápita de estas familias va de 85 a 385 pesos.

Además de la falta de recursos económicos, otros factores también intervienen en esta situación. La falta de tiempo para preparar la comida debido a largas jornadas de trabajo, la escasa viabilidad económica de los pequeños productores y la ausencia de políticas que aseguren el acceso a alimentos de calidad para toda la población también contribuyen a la problemática.

Los estragos de la pobreza se ven reflejados en la alimentación de estas familias. El consumo de frutas, legumbres y carne no procesada ha disminuido considerablemente. Ante la carencia económica, las personas sustituyen ciertos alimentos por productos similares de menor costo y calidad, disminuyen su consumo o los eliminan por completo de su dieta.

¿Qué comen las personas más pobres?

De acuerdo con el estudio, los platillos que las familias encuestadas consumen con mayor frecuencia son: arroz con huevo estrellado, enchiladas de tortilla frita, torta de queso de puerco con frijoles, huevo o atún, chicarrón en salsa, caldo de pollo con verdura y arroz, carne de puerco en salsa verde con frijoles, caldo con verduras, huevo revuelto con jitomate o en salsa, atún a la mexicana y albóndigas de soya con frijoles.

En cuanto a las cenas, la mayoría de las familias mexicanas que viven en pobreza consumen enfrijoladas, leche con pan dulce, café con bolillo, cereal con leche o leche con galletas.

El reto de la alimentación para las madres trabajadoras

La alimentación en contextos de pobreza implica un reto cotidiano, especialmente para las madres trabajadoras. A pesar de tener la responsabilidad de alimentar a sus familias de manera adecuada, deben enfrentarse a la falta de tiempo y dinero.

En un contexto de precariedad, las mujeres deben encontrar soluciones creativas para lograr una alimentación sana, rica y a tiempo. Por ejemplo, pueden optar por sustituir ingredientes más caros por alternativas más económicas, como utilizar mollejas en lugar de pollo o mezclar carne con soya para completar las raciones.

La precariedad económica y laboral compromete el derecho a la alimentación de un número importante de familias en el país. Es necesario implementar políticas que aseguren el acceso a alimentos de calidad y promuevan una alimentación saludable en todos los sectores de la sociedad.

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