Alfredo Kraus Trujillo, nacido el 24 de noviembre de 1927 en Las Palmas de Gran Canaria, fue uno de los más grandes tenores líricos del siglo XX. Su talento y dedicación lo convirtieron en una figura icónica en el entorno de la ópera y la música clásica.
Inicio de su carrera
Kraus comenzó sus estudios musicales a temprana edad, recibiendo lecciones de piano desde los cuatro años. A los ocho años, ya cantaba en el coro de la parroquia Corazón de María, de los Misioneros Claretianos. Su debut internacional se produjo en 1956 en el Teatro Real de El Cairo, interpretando los papeles del Duque de Mantua en rigoletto de Verdi y Mario Cavaradossi en tosca de Puccini.
En 1958, Kraus protagonizó una legendaria producción de la traviata junto a María Callas en el Teatro Nacional de São Carlos de Lisboa, un hito en su carrera que fue grabado y aún se recuerda como uno de sus momentos más destacados.
Reconocimiento internacional
A partir de ese momento, la carrera de Kraus despegó y se convirtió en uno de los tenores más aclamados a nivel mundial. Actuó en los principales teatros y salas de conciertos del entorno, ganándose el reconocimiento de críticos y público por igual.
Además de su destacada interpretación de óperas como la traviata, lucia di lammermoor, la sonámbula, werther, rigoletto y muchas más, Kraus también fue un destacado intérprete de zarzuela, con éxitos en obras como la tabernera del puerto, la revoltosa y el huésped del sevillano, entre otras.
Su talento y pasión por la música le valieron numerosos premios y reconocimientos a lo largo de su carrera, entre ellos el Premio Canarias de Bellas Artes e Interpretación en 1985 y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 199
Legado y fallecimiento
Alfredo Kraus falleció el 10 de septiembre de 1999 a los 71 años, víctima de cáncer. Su muerte dejó un vacío en el entorno de la música, pero su legado perdura hasta hoy. Su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria, le rinde homenaje en el Auditorio Alfredo Kraus, que lleva su nombre en honor a su contribución a la música y a su tierra natal.
Además de su destacada carrera como cantante, Kraus también se dedicó a la docencia, compartiendo sus conocimientos y experiencia con jóvenes intérpretes. Fue maestro de destacados tenores como Aquiles Machado, Giuseppe Filianoti y Mario Frangoulis.
Alfredo Kraus fue un artista excepcional que dejó una huella imborrable en el entorno de la ópera y la música clásica. Su voz única, su pasión por la música y su dedicación a su arte lo convirtieron en uno de los tenores más queridos y respetados de todos los tiempos. Su legado perdura a través de sus grabaciones y en la memoria de todos aquellos que tuvieron la suerte de escucharlo en vivo. Sin duda, Alfredo Kraus es un verdadero icono de la música.