El cuento cefalea, que forma parte del libro bestiario del escritor argentino Julio Cortázar, nos sumerge en un entorno ficticio que se desarrolla en una granja rural. En este lugar, unos extraños animales llamados mancuspias causan intensos dolores de cabeza a quienes los cuidan. Estos seres híbridos y misteriosos, descritos por Cortázar de manera detallada, son similares a los ornitorrincos en la vida real.
Los cuidadores de las mancuspias sufren malestares debido a su cercanía con estas criaturas. A pesar de esto, siguen dedicándose a su cuidado y utilizan diversos medicamentos, principalmente homeopáticos, para aliviar los síntomas. Sin embargo, las cefaleas son el peor de los malestares, descritas por el autor como un dolor intenso y pulsante en la cabeza.
Según los expertos, el 78% de las cefaleas no son graves, aunque el dolor puede ser intenso. Se clasifican en primarias, como la migraña, cefalea tensional, cefalea en racimos y cefalea hípnica; y secundarias, causadas por traumatismos, accidentes cerebrovasculares, tumores intracraneales, entre otros.
Afortunadamente, existen tratamientos farmacológicos que ayudan a disminuir y controlar el dolor de las cefaleas. La farmacología es la ciencia que estudia las propiedades y efectos de las sustancias químicas en los seres vivos, y se encarga de desarrollar medicamentos para su uso terapéutico.
El cuento plantea la pregunta de por qué los cuidadores siguen dedicándose a las mancuspias a pesar del sufrimiento que les causan. La respuesta es que obtienen beneficios económicos al vender estas criaturas. Sin embargo, el equilibrio se rompe cuando una pareja escapa con un caballo y deja a los cuidadores sin luz ni transporte, lo que lleva a la muerte de las mancuspias por falta de alimento.
Análisis del cuento cefalea
En el cuento cefalea, Julio Cortázar utiliza un lenguaje técnico y realista para describir las mancuspias y la enfermedad que transmiten a los cuidadores. El cuento se puede interpretar desde diferentes perspectivas, como la homeopatía, la enfermedad y la monstruosidad. Además, se puede identificar un trasfondo político en el cuento, relacionado con la sociedad fragmentada de la época del peronismo vivida por Cortázar.
El narrador del cuento es homodiegético autodiegético, ya que narra en primera persona y muestra cierto aprecio hacia las mancuspias. La historia se desarrolla de manera lineal y se mencionan periodos de tiempo en la rutina de los cuidadores.
Origen de la palabra mancuspia
La palabra mancuspia, creada por Julio Cortázar para designar a las criaturas del cuento, podría tener su origen en el gallego. Según algunas investigaciones, es posible que Cortázar haya tenido acceso a esta palabra a través de los emigrantes gallegos en Argentina. Se ofrece documentación en gallego, tanto oral como escrita, para respaldar esta afirmación.