El Imperio Inca, conocido como Tahuantinsuyo en el idioma quechua, fue uno de los imperios más importantes de la historia de América. Su extensión territorial y su riqueza cultural siguen siendo admiradas en los países que formaron parte de este imperio, como Perú, Bolivia, Chile, Ecuador, Argentina y Colombia. Uno de los tesoros más emblemáticos del Imperio Inca es la majestuosa Ciudadela Inca en Perú, Machu Picchu.
¿Qué significa Tahuantinsuyo?
Tahuantinsuyo es una palabra que proviene del idioma quechua y está formada por dos términos: tahua, que significa cuatro, y suyo, que significa región. Este nombre hacía referencia a las cuatro regiones en las que se dividía el imperio. Al noroeste se encontraba el Chinchaysuyo, al noreste el Antisuyo, al suroeste el Contisuyo y al sureste el Collasuyo.
¿Qué territorios abarcaban los suyos?
- Collasuyo: Este suyo se ubicaba al sureste de Cusco y era el más extenso del Tahuantinsuyo, aunque tenía una menor población. Sus territorios se extendían desde Urcos, al sur de la ciudad imperial, hasta la región del Titicaca. Además, en la costa, el Collasuyo abarcaba desde el sur de Arequipa hasta el río Maule, en la frontera sur del imperio.
- Contisuyo: Los territorios del Contisuyo se encontraban al suroeste de Cusco y se extendían hasta la región de la costa. Estaban formados por las tierras situadas entre los valles de los ríos Quilca e Ica.
- Chinchaysuyo: El Chinchaysuyo abarcaba el noroeste de Cusco, desde Ayacucho e Ica hasta el río Ancasmayo.
- Antisuyo: El Antisuyo comenzaba al noreste de Cusco y se extendía hasta la selva alta del Amazonas. Debido a las condiciones climáticas y geográficas, no fue posible expandirse más allá de esta región.
¿Qué territorios pertenecieron al Tahuantinsuyo?
En el siglo XIII, los Incas se establecieron en Cusco, provenientes del altiplano peruano después de un conflicto con la cultura Aymara. Una vez asegurada la soberanía de la ciudad, comenzaron la expansión del imperio, que llegó a abarcar aproximadamente 500.000 km² en los territorios que hoy pertenecen a Perú, Bolivia, Chile, Ecuador, Argentina y Colombia.
En la cima de la estructura social incaica se encontraba el Inca, quien gobernaba el Tahuantinsuyo como descendiente del dios Sol, Inti. El cargo de Inca era hereditario, por lo que solo los miembros de la línea de sucesión sanguínea podían convertirse en gobernantes.
Justo debajo del Inca se encontraba la Ayllu Panaca, un grupo formado por la familia directa del gobernante. Dentro de esta familia, el Auqui era el heredero del imperio y gobernaba junto a su padre hasta que llegara el momento de asumir el mando del Tahuantinsuyo. También estaba presente la Coya, la esposa principal del Inca e hija de la Luna, quien se encargaba de los asuntos del hogar real.
Además de la realeza, existía una nobleza privilegiada compuesta por los familiares no directos del Inca. Los Curacas, nobles locales y jefes de un ayllu, se encargaban de la organización territorial y administraban los bienes del ayllu. Los sacerdotes también formaban parte de esta nobleza privilegiada en el imperio inca.
Finalmente, el resto de la población se dividía en tres categorías:
- Hatunruna: El pueblo campesino que conformaba la mayoría de la población.
- Mitimaes: Colonizadores encargados de establecerse en nuevas tierras y enseñar las costumbres incas.
- Yanaconas: Sirvientes de la realeza, generalmente prisioneros.
El fin del Imperio Inca
Tras la muerte de Huayna Cápac, sus hijos Huáscar y Atahualpa se enfrentaron en una guerra por el poder del Tahuantinsuyo. Atahualpa resultó victorioso y se proclamó emperador de todo el territorio inca. Sin embargo, en ese momento los españoles llegaron a las tierras incaicas liderados por Francisco Pizarro.
Los españoles tomaron a Atahualpa como rehén en Cajamarca y exigieron un rescate de oro a cambio de su liberación. A pesar de que se cumplió con el pago, los españoles incumplieron su promesa y asesinaron a Atahualpa. A partir de ese momento, los enviados españoles nombraron a varios Incas títeres, pero ninguno de ellos gobernó de manera independiente.
En un último intento de resistencia, Manco Inca estableció un nuevo imperio en Vilcabamba. Sin embargo, esta rebelión fue sofocada en 1572 con la muerte de Túpac Amaru a manos de los españoles, lo que marcó el fin definitivo del Imperio Inca.
En la actualidad, las calles de Cusco están llenas de historia incaica y muestras del imponente imperio del Tahuantinsuyo, como el Templo Coricancha y Sacsayhuamán. Además, Machu Picchu sigue siendo un destino turístico emblemático que representa la energía, la historia y la belleza única de la cultura inca.