La Navidad es una época llena de tradiciones, y una de las más destacadas es la decoración del árbol de Navidad. Ya sea un árbol natural, en maceta o artificial, este objeto adornado con luces, esferas, estrellas y cintas brillantes ocupa un lugar central en los hogares durante las fiestas decembrinas. Pero, ¿cómo surgió esta tradición?
El origen del árbol de Navidad es incierto y existen diferentes historias al respecto. Según un artículo de National Geographic, los árboles de hoja perenne han sido una decoración estacional esencial desde la antigüedad, formando parte de las celebraciones paganas del solsticio de invierno. Estas plantas decoradas simbolizaban la victoria de la vida y la luz sobre la muerte y la oscuridad.
Aunque no hay consenso sobre el momento y el lugar exactos en los que estas tradiciones paganas se expandieron al resto del entorno, se sabe que el árbol de Navidad moderno tiene sus orígenes en regiones con abundantes bosques, especialmente en el norte de Europa. Letonia y Estonia reclaman ser la cuna del primer árbol de Navidad, con tradiciones que se remontan a los siglos XV y XVI, respectivamente.
En Letonia, se afirma que en 1510, un gremio de mercaderes llamado house of the black heads paseó un árbol por la ciudad, lo decoró y luego lo quemó. Por su parte, Estonia asegura que existen pruebas de un festival similar organizado por el mismo gremio en su capital, Tallin, en 144Sin embargo, los historiadores han puesto en duda ambas afirmaciones y la conexión de estas celebraciones con las fiestas decembrinas.
El árbol de Navidad es un elemento que no puede faltar en esta época, pero pocos conocen su verdadero origen y significado. Este árbol se asocia con la fe cristiana y representa el Paraíso, donde Adán y Eva comieron los frutos que dieron origen al pecado original. También simboliza que Jesús vino a la Tierra para lograr la reconciliación.
El árbol de Navidad tal como lo conocemos hoy en día se originó en Alemania en el siglo VIII. Según la leyenda, un santo llamado Bonifacio taló un roble dedicado al dios Thor y, después de leer el Evangelio, ofreció un abeto como símbolo de vida eterna. Este árbol estaba decorado con manzanas y velas, y a partir de entonces se comenzaron a talar abetos durante la Navidad para adornar las casas.
Con el tiempo, esta tradición se extendió a otros países de Europa y se transformó en una tendencia decorativa. Las manzanas y velas se sustituyeron por otros adornos y luces, y se asoció con los regalos de Papá Noel o Santa Claus para los niños.
No hay consenso sobre cuándo se debe poner la decoración navideña, pero las dos primeras semanas de diciembre suelen ser los días clave para recopilar y colocar los adornos. Pero, ¿quién originó el árbol de Navidad?
El árbol de Navidad tiene un origen pagano que se remonta a la antigua civilización egipcia. Los egipcios solían decorar sus hogares con plantas durante el solsticio de invierno, simbolizando la esperanza y el confort en los días fríos y las largas noches. También rendían tributo a Ra, el dios del sol.
Por otro lado, el árbol de Navidad también tiene un origen cristiano. Según una leyenda, fue inventado por Bonifacio de Maguncia, un santo que evangelizó a los pueblos germanos. Bonifacio taló un roble que los bárbaros adoraban como representación del dios Thor, y lo reemplazó por un abeto, un árbol perenne que simbolizaba el amor eterno de Dios. A partir de entonces, los cristianos comenzaron a decorar estos árboles en Navidad como símbolo de la vida eterna que Jesús trae.
La tradición del árbol de Navidad se extendió por Europa gracias a la influencia del Príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria de Inglaterra, y llegó a España a finales del siglo XIX. Con el tiempo, los adornos del árbol evolucionaron y se convirtieron en esferas, luces y otros elementos decorativos.
Las luces y las bolas de Navidad son elementos clave en la decoración del árbol. Las luces tienen su origen en una leyenda que vincula al reformador protestante Martín Lutero con la iluminación de los árboles de Navidad. Se dice que Lutero vio una estrella fugaz en el cielo durante la noche y quiso representar su brillo dentro de casa, añadiendo pequeñas velas a un árbol que cortó de su jardín.
Con el paso del tiempo, las velas fueron reemplazadas por bombillas, que fueron inventadas por Thomas Alba Edison. En 1882, el socio de Edison, Edward H. Johnson, utilizó 80 luces de colores para decorar su árbol de Navidad en Nueva York. A partir de entonces, las luces se convirtieron en una parte esencial de la decoración navideña.
En cuanto a las bolas de Navidad, en sus inicios, los árboles se decoraban con manzanas rojas que representaban el pecado original. Sin embargo, debido a que las manzanas se echaban a perder, se sustituyeron por bolas de vidrio, plástico u otros materiales.
El muérdago
El muérdago es otra tradición navideña que tiene sus raíces en la antigua cultura celta. Esta planta se asociaba a la fertilidad y, según la tradición, besar a alguien debajo del muérdago traería amor y buena suerte. Esta tradición se ha mantenido en países anglosajones y en los países nórdicos.
El árbol de Navidad es una tradición que ha evolucionado a lo largo de los siglos. Su origen es incierto, pero está vinculado tanto a las antiguas celebraciones paganas del solsticio de invierno como a la fe cristiana. Actualmente, el árbol de Navidad es un símbolo de esperanza, vida eterna y reconciliación que forma parte de las celebraciones navideñas en todo el entorno.