En la historia de la independencia de Argentina, el Éxodo Jujeño se destaca como una de las decisiones más importantes y estratégicas tomadas por Manuel Belgrano, líder del Ejército del Norte. Este acontecimiento ocurrió el 23 de agosto de 1812, cuando Belgrano decidió ordenar la retirada de las tropas patriotas hacia Tucumán, ante el avance del ejército realista desde el Alto Perú.
La importancia de San Salvador de Jujuy
San Salvador de Jujuy, ubicada en la desembocadura de la Quebrada de Humahuaca, era considerada una ciudad estratégica por su posición geográfica. Era un punto de conexión entre las provincias del Alto Perú y el Virreinato del Perú, así como también era el final del camino que conectaba con el Río de La Plata. Por lo tanto, era un lugar clave para el comercio y el tránsito de mercancías en la región.
La llegada de Belgrano al frente norte
Manuel Belgrano asumió el mando del Ejército del Norte en marzo de 1812, en la Posta de Yatasto. Su objetivo principal era rearmar y fortalecer el ejército, que se encontraba desmoralizado y sin armamento luego de la derrota en la batalla de Huaqui. Belgrano estableció su cuartel general en San Salvador de Jujuy, convirtiendo a esta ciudad en el frente principal de las invasiones desde el norte.
La decisión de retirarse
Ante el avance del ejército realista liderado por el brigadier Tristán, que contaba con unas 000 tropas, el Triunvirato ordenó a Belgrano retirarse hasta Córdoba. Sin embargo, Belgrano decidió no cumplir totalmente esta orden, ya que consideraba que en Jujuy no podrían resistir el avance enemigo. Además, si se retiraban hasta Córdoba, dejarían desprotegida a Salta y permitirían que los realistas recuperaran el control de la región.
En lugar de retirarse, Belgrano optó por presentar batalla en un lugar más favorable. Con el apoyo de la familia Aráoz, decidió moverse hacia San Miguel y esperar al ejército de Tristán. En este lugar se desarrolló la Batalla de Tucumán, que resultó en una victoria para las tropas patriotas y frenó la avanzada realista en el norte de Argentina.
Un éxodo llamado así a posteriori
El término éxodo jujeño fue utilizado años después para referirse a esta estratégica retirada de las tropas patriotas. En 1877, el historiador Joaquín Carrillo utilizó este término en su obra jujui, provincia federal arjentina: apuntes de su historia civil, comparando la marcha con el éxodo de la familia de Jacob en el desierto. Ricardo Rojas retomó esta idea en su obra archivo capitular de jujuy, publicada en 191
En la actualidad, el Éxodo Jujeño es recordado y conmemorado cada 23 de agosto en Jujuy, siendo declarada la capital de la provincia como capital honorífica de la nación argentina en esta fecha.