En el canto XII de la Ilíada, se narra el emocionante combate que tiene lugar en la muralla de Troya. Héctor, el valiente príncipe troyano, lidera a su ejército en un feroz ataque contra los griegos, que se encuentran defendiendo su campamento.
El consejo de Polidamante
Antes de iniciar el asalto, Polidamante, amigo y lugarteniente de Héctor, le aconseja que no destruya el muro en ese momento. Él cree que si atacan el muro, los griegos retrocederán hacia sus naves y será difícil para los troyanos regresar sin sufrir grandes bajas. Sin embargo, Héctor desestima el consejo y confía en la promesa de Zeus de que los troyanos obtendrán la victoria.
El enfrentamiento en la muralla
El enfrentamiento en la muralla es intenso y sangriento. Los troyanos, liderados por Héctor, empujan a los griegos hacia su campamento y están cerca de alcanzar las naves. Pero Agamenón, el líder de los griegos, logra reagrupar a su ejército y repeler el ataque.
La batalla se traslada al interior del campamento griego, donde Héctor se enfrenta a varios guerreros griegos. A pesar de los esfuerzos de Diomedes y Odiseo por detenerlo, Héctor logra derribar las puertas y ordena a su ejército escalar el muro.
La muerte de Patroclo
En medio del caos de la batalla, Patroclo, el compañero y amigo de Aquiles, decide vestirse con la armadura de Aquiles y liderar a los mirmidones en la lucha contra los troyanos. Sin embargo, es herido por Euforbo y finalmente muere a manos de Héctor, quien contaba con el apoyo de Ares, el dios de la guerra.
La venganza de Aquiles
La muerte de Patroclo enfurece a Aquiles y lo impulsa a volver a la lucha. Acepta su destino y promete vengar la muerte de su amigo. Aquiles se enfrenta a Héctor en un duelo mortal y, a pesar de los intentos de Héctor por negociar y pedir que se honre su cadáver, Aquiles finalmente lo mata clavándole la lanza en el cuello.
El destino de Héctor
Después de la muerte de Héctor, su cuerpo es maltratado por los griegos y arrastrado por Aquiles alrededor de las murallas de Troya como un acto de humillación. Sin embargo, el dios Apolo protege el cuerpo de Héctor de los daños y lo mantiene intacto. Finalmente, el rey Príamo, padre de Héctor, se aventura hasta el campamento griego y suplica a Aquiles por la devolución del cuerpo de su hijo. Aquiles, conmovido por la súplica de Príamo, accede a entregar el cadáver de Héctor a cambio de un rescate.
Así termina el canto XII de la Ilíada, con la muerte de Héctor y la promesa de Aquiles de vengar la muerte de su amigo. Este canto es un ejemplo de la brutalidad y la intensidad de la guerra de Troya, así como de la valentía y el honor de los héroes involucrados.