La Doctrina de Seguridad Nacional fue una estrategia militar implementada por el gobierno de los Estados Unidos en América Latina durante la Guerra Fría con el objetivo de contener la expansión del comunismo en la región. Esta doctrina se aplicó principalmente en los años 60 y 70, coincidiendo con la aparición de las dictaduras en América Latina.
Cómo surge la Doctrina de Seguridad Nacional en Argentina
En Argentina, la Doctrina de Seguridad Nacional fue adoptada públicamente por el general Juan Carlos Onganía en agosto de 196Durante el gobierno de Arturo Illia, que tuvo lugar entre 1963 y 1966, el discurso anticomunista y antipopular comenzó a crecer en el país.
Características de la Doctrina de Seguridad Nacional
La Doctrina de Seguridad Nacional se basaba en dos principios fundamentales: la bipolaridad y la guerra generalizada. La bipolaridad se refería a la división del entorno en dos fuerzas opuestas: una del bien y otra del mal. Esta concepción binaria de la realidad justificaba la lucha contra el comunismo y cualquier forma de oposición considerada una amenaza para la estabilidad y seguridad del país.
Consecuencias de la Doctrina de Seguridad Nacional
La implementación de la Doctrina de Seguridad Nacional en América Latina tuvo graves consecuencias para la región. En primer lugar, se produjo una represión sistemática y generalizada contra cualquier forma de disidencia política, lo que resultó en la violación de los derechos humanos y numerosas desapariciones forzadas.
Además, la Doctrina de Seguridad Nacional promovió la militarización de la sociedad, lo que implicaba un control y vigilancia constante por parte de las fuerzas armadas. Esto llevó a una erosión de las instituciones democráticas y a la consolidación de regímenes autoritarios en varios países latinoamericanos.
La Doctrina de Seguridad Nacional fue una estrategia implementada por los Estados Unidos en América Latina durante la Guerra Fría para contener la expansión del comunismo. Esta doctrina se caracterizaba por su visión bipolar del entorno y su justificación de la represión y militarización de la sociedad. Sus consecuencias fueron devastadoras para la región, con violaciones de derechos humanos y la consolidación de regímenes autoritarios.