El mercado de valores es un lugar donde se negocian instrumentos financieros, como acciones y bonos. Su principal objetivo es permitir la compra y venta de estos instrumentos, ya sea a través de intermediarios en una bolsa de valores o mediante una negociación directa entre las partes interesadas. Los actores principales son los inversionistas, que buscan obtener la mayor rentabilidad posible, y los emisores, que necesitan capital para financiar sus proyectos.
Funcionamiento del mercado de valores
Para que un valor pueda ser ofrecido en el mercado, las entidades deben solicitar su inscripción a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Una vez inscritos, los valores y los emisores quedan registrados en la CMF. Los emisores emiten los valores que se colocarán y transarán en el mercado.
Los inversionistas, según su perfil de riesgo, pueden solicitar la asesoría de intermediarios para seleccionar los valores que adquirirán, o bien, recurrir al mercado extrabursátil. Los intermediarios adquieren los valores en nombre del inversionista, generalmente en una bolsa de valores. En la bolsa, los intermediarios calzan las órdenes de compra con las de venta. Los títulos o certificados de propiedad quedan en poder del inversionista o del corredor, según la decisión del inversionista. En caso de quedar en poder del corredor, estos serán custodiados en el Depósito Central de Valores.
Además, los inversionistas pueden llevar estos títulos o certificados al mercado para su venta a otros inversionistas.
Regulación del mercado de valores
Los mercados de valores están regulados por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) en Chile. Esta entidad tiene como objetivo principal la protección de los inversionistas y la promoción de la transparencia y la eficiencia en el mercado de valores.
Ley del mercado de valores
En economía, la ley de Say, atribuida a Jean-Baptiste Say, indica que la demanda está determinada por la producción y que solo produciendo se puede generar demanda. Según esta ley, cuantos más bienes se produzcan, más bienes existirán que constituirán demanda para otros bienes.
Es importante destacar que la ley de Say no implica que todo bien producido automáticamente encuentre su demanda, sino que para demandar un bien, es necesario que se ofrezcan otros bienes. Es decir, la demanda está limitada por la oferta.
La ley de Say propone que la producción total de bienes en una sociedad implica una demanda agregada suficiente para comprar todos los bienes que se ofrecen. Esto implica una continuidad en el dinero circulante, lo que significa que una recesión no ocurre por falta de demanda, sino que el precio de venta de cada producto genera ingresos suficientes para comprar otro producto.
Otra implicación de la ley de Say es que el crecimiento económico debe sustentarse en medidas que fomenten la producción, no en medidas que estimulen el consumo. Esto se debe a que la ley establece que la producción genera su propia demanda.
Adherentes a la ley de Say
Economistas como Thomas Sowell, Arthur Laffer y la Escuela Austriaca son adherentes a la ley de Say. Estos economistas defienden la idea de que la producción y el crecimiento económico deben centrarse en fomentar la producción de bienes y no en estimular el consumo.
Los mercados de valores tienen ventajas y desventajas tanto para las empresas cotizadas como para los inversores.
Ventajas de los mercados de valores
- Prestigio: Cotizar en un mercado de valores aporta prestigio a una empresa, especialmente en bolsas reconocidas.
- Financiamiento: Cotizar en bolsa permite a las empresas recaudar fondos mediante la venta de acciones.
- Menos riesgo de incumplimiento: Operar en un mercado de valores reduce el riesgo de incumplimiento por parte de la contraparte debido a la regulación existente.
- Acceso facilitado: Las empresas de corretaje en línea facilitan el acceso de los inversores a los mercados de valores y les brindan oportunidades de beneficiarse de los movimientos a corto plazo.
Desventajas de los mercados de valores
- Inversión inicial: Cotizar en un mercado de valores requiere una inversión significativa de tiempo y capital por parte de las empresas.
- Volatilidad: Los mercados de valores son susceptibles a la volatilidad, lo que puede generar fuertes oscilaciones en los precios de las acciones debido a eventos políticos y económicos.
- Posibles desplomes: Aunque son raros, los desplomes bursátiles pueden reducir significativamente el valor de las acciones y provocar depresiones económicas.
Los operadores e inversores pueden gestionar su exposición a la volatilidad de los mercados de valores aplicando estrategias de gestión del riesgo.
El mercado de valores es un lugar donde se negocian instrumentos financieros, como acciones y bonos. Su funcionamiento implica la compra y venta de estos instrumentos a través de intermediarios en una bolsa de valores o mediante una negociación directa entre las partes interesadas. La ley de Say, por su parte, establece que la demanda está determinada por la producción y que la producción genera su propia demanda. Los mercados de valores tienen ventajas, como el prestigio y el acceso a financiamiento, pero también desventajas, como la volatilidad y los posibles desplomes. Sin embargo, con una gestión adecuada del riesgo, los inversores pueden aprovechar las oportunidades que ofrecen los mercados de valores.