La parábola de Jesús y los niños es un relato bíblico que nos enseña la importancia de acoger y amar a los más pequeños. En este pasaje, Jesús nos muestra el valor de la inocencia y la pureza que caracterizan a los niños, y nos invita a ser como ellos para poder entrar en el Reino de Dios. A través de este mensaje, Jesús nos enseña a valorar y proteger a los niños, reconociendo su importancia en la sociedad y en la Iglesia.
El mensaje de Jesús a los niños
En la sociedad actual, los niños representan lo nuevo, lo genuino y lo frágil. Son una fuente de esperanza y nos llaman a reconocer nuestra necesidad de amor y ayuda. El Papa Francisco nos recuerda que los niños son una riqueza para la humanidad y para la Iglesia, ya que nos invitan a no considerarnos autosuficientes, sino necesitados de amor y donación.
En la parábola de Jesús y los niños, vemos cómo algunas personas presentaban a los niños para que Jesús los tocara, pero los discípulos les reprendían. Jesús, al ver esto, se indignó y les dijo: dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el reino de dios pertenece a los que son como ellos. en verdad les digo: quien no reciba el reino de dios como un niño, no entrará en él. Jesús tomaba a los niños en brazos, los bendecía y les mostraba su amor y ternura.
En tiempos de Jesús, los niños no eran considerados socialmente y eran vistos como sujetos sin derechos. Sin embargo, Jesús rompe con esta lógica y nos enseña que debemos acoger a los niños y tratarlos con amor y respeto. Ser como ellos, con un corazón abierto y sin condiciones, nos permite recibir el Reino de Dios.
El significado de dejad que los niños vengan a mí
La frase dejad que los niños vengan a mí nos invita a reflexionar sobre el valor y la importancia de los niños en nuestra sociedad. Jesús nos muestra que los niños tienen un lugar especial en su corazón y nos anima a protegerlos y cuidarlos. A través de su gesto de abrazar y bendecir a los niños, Jesús nos enseña que debemos ser como ellos, con un corazón puro y lleno de amor.
En otras ocasiones, Jesús también muestra su cuidado y atención hacia los niños. Por ejemplo, en el evangelio de San Marcos, Jesús sana a una niña de doce años con profundo cariño y cuidado. Estos gestos de amor y ternura nos muestran que Jesús está siempre dispuesto a ir al encuentro de los niños que sufren y sanar sus heridas.
La importancia de proteger a los niños
En la sociedad actual, es fundamental reconocer y proteger los derechos de los niños. Aunque se han logrado avances en este sentido, todavía existen situaciones de vulneración que afectan a muchos niños, como el abandono, el maltrato e incluso la muerte. Estas realidades nos interpelan y nos llaman a tomar acción para defender y cuidar a los niños más desfavorecidos.
Como creyentes, debemos revitalizar el valor de la familia como fuente de vida y amor, y promover una comunidad en la que se defienda y proteja a los niños. Es importante preguntarnos si estamos abrazando a los niños más pobres, si estamos dispuestos a defender la vida de los niños nacidos y por nacer, y qué podemos hacer para cuidar y proteger a los niños en nuestra sociedad.
La parábola de Jesús y los niños nos enseña el valor y la importancia de acoger y amar a los más pequeños. Jesús nos invita a ser como ellos, con un corazón abierto y lleno de amor, para poder entrar en el Reino de Dios. Como creyentes, debemos proteger y cuidar a los niños, reconociendo su importancia en la sociedad y en la Iglesia. Que las palabras de Jesús resuenen en nuestro corazón y nos inspiren a defender y proteger la vida de los niños en todas sus expresiones.