La expansión ultramarina es un fenómeno histórico que tuvo lugar en el período comprendido entre los siglos XV y XVI. Durante este tiempo, los europeos se expandieron a través de los océanos y avanzaron hacia otros territorios del globo, especialmente hacia el continente americano. Este proceso histórico marcó el inicio de la primera globalización del planeta.
Causas de la expansión ultramarina
La expansión ultramarina fue motivada por diferentes factores. Uno de ellos fue la búsqueda de nuevas rutas comerciales hacia el Lejano Oriente, especialmente la India. Esto se debió al bloqueo de los árabes a la ciudad de Constantinopla en 1453, lo que generó dificultades comerciales entre Europa y Oriente. Los europeos necesitaban encontrar nuevas rutas para seguir creciendo económicamente.
Otro factor importante fue el deseo de obtener metales preciosos, como el oro y la plata, para financiar los gastos de los Estados nacientes y para enriquecer a las monarquías. Además, las monarquías europeas buscaban expandir su territorio y obtener nuevas tierras en busca de poder y recursos.
Portugal y España: países expansionistas
Portugal y España fueron los principales países que se embarcaron en la expansión ultramarina. Ambos países tenían ventajas geográficas, ya que se encontraban en la confluencia del mar Mediterráneo y el océano Atlántico, lo que les permitía ser puntos de encuentro de rutas comerciales. Además, contaban con marinos experimentados en navegación.
Otro aspecto importante fue el desarrollo de avances tecnológicos que facilitaron la navegación en los océanos, como la brújula, el cuadrante, el astrolabio y los portulanos. Estas herramientas permitieron a los navegantes orientarse y calcular su posición en el mar.
Las rutas de Portugal y España
Portugal se embarcó en la búsqueda de nuevas rutas comerciales hacia el Lejano Oriente a través de las rutas de África y el Océano Índico. Esto permitió a Portugal desplazar a los mercaderes musulmanes y activar el comercio entre India, China y Europa.
Por otro lado, España buscaba una ruta alternativa a través del océano Atlántico. Cristóbal Colón presentó una propuesta basada en la idea de que la Tierra era redonda y que se podía llegar a la India navegando hacia el oeste. Los Reyes Católicos aceptaron la propuesta y financiaron el primer viaje de Colón en 1492, que culminó con el descubrimiento de América.
Después de la expansión ultramarina, ambos países se disputaron el dominio del entorno y firmaron el Tratado de Tordesillas en 1494, que estableció una línea imaginaria que dividía el entorno entre España y Portugal.
Consecuencias de la expansión ultramarina
Una de las principales consecuencias de la expansión ultramarina fue la ampliación de la circulación de metales preciosos, como la plata y el oro, extraídos del continente americano y llevados a Europa. Esto generó un aumento en la circulación de riqueza y un cambio en la economía europea.
También hubo una ampliación del comercio de objetos de lujo, como perfumes, sedas y piedras preciosas, gracias a las nuevas rutas hacia el Oriente. Además, se produjo un intercambio de alimentos entre Europa y América, como la introducción de la patata, el maíz, la palta y el cacao en Europa.
Sin embargo, la expansión ultramarina también tuvo consecuencias negativas, como la discriminación y explotación de los pueblos originarios de América, la imposición de la autoridad de los conquistadores europeos y el agotamiento de los recursos naturales de las colonias.
La expansión ultramarina fue un suceso histórico que cambió la historia de la Humanidad. Fue motivada por la búsqueda de nuevas rutas comerciales, la obtención de metales preciosos y el deseo de expandir el poder de las monarquías europeas. Portugal y España fueron los países que lideraron esta expansión, y sus consecuencias fueron tanto positivas como negativas.