El libro de Génesis es uno de los relatos más importantes en la tradición judeocristiana. En él se narra la creación del entorno y del ser humano, así como los primeros acontecimientos de la historia de la humanidad. Sin embargo, más allá de su valor religioso, el Génesis también nos deja importantes enseñanzas sobre la relación del ser humano con la creación y el medio ambiente.
La importancia de Génesis
El Génesis nos presenta la visión de que Dios creó los cielos y la tierra, y que todo lo que existe en ella es bueno. Este relato nos invita a apreciar y valorar la belleza y la diversidad de la creación, reconociendo que todo lo que nos rodea es un regalo que debemos cuidar y proteger.
Además, el Génesis nos muestra que el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios, lo cual implica una gran responsabilidad. No solo somos los custodios de la creación, sino que también tenemos el deber de velar por el bienestar de todas las especies y de preservar el equilibrio y la armonía del ecosistema.
El llamado a cuidar la casa común
En la encíclica Laudato si`, el Papa Francisco hace un llamado a la humanidad a cuidar el planeta y a volver a la sabiduría de los relatos ancestrales, como el Génesis, que nos invitan a cuidar nuestra relación con el ser creador, el prójimo y la tierra. El pontífice nos recuerda que la falta de conciencia ecológica ha llevado al derroche desmesurado, al deterioro del planeta y a una fuerte crisis ambiental.
Ante esta situación, los investigadores Hernán Cardona y Memo Ánjel, docentes de teología de la Pontificia Universidad Javeriana y de la Universidad Pontificia Bolivariana respectivamente, se unieron en un diálogo interreligioso para reflexionar sobre las enseñanzas del Génesis y su relación con el cuidado del medio ambiente. Ambos investigadores coinciden en que el llamado a cuidar la casa común es un mensaje que trasciende las diferencias religiosas y que nos compete a todos, independientemente de nuestras creencias.
La sabiduría del saber vivir
El Génesis nos invita a reflexionar sobre nuestra forma de vida y a tomar conciencia de nuestras acciones. Nos muestra que la vida es sagrada y que debemos respetar y cuidar todos los seres vivos. Además, nos anima a cambiar nuestros estilos de vida, recuperando el día de descanso y dedicándolo a la reflexión y al agradecimiento por la naturaleza.
También nos enseña la importancia de cuidar el agua y los alimentos que consumimos, valorando los recursos naturales y evitando el desperdicio. El Génesis nos recuerda que los vegetales fueron dados para alimentar al ser humano y que debemos utilizar los recursos de manera responsable.
El desafío de construir un futuro sostenible
El cuidado de la casa común implica el compromiso de toda la humanidad. Debemos trabajar juntos para promover un desarrollo sostenible e integral, que tenga en cuenta no solo el bienestar humano, sino también el respeto por la diversidad y la protección del medio ambiente.
Para lograr este objetivo, es necesario implementar políticas ambientales favorables y cambiar nuestra forma de pensar y actuar. Debemos dejar de lado el consumismo desmedido y adoptar un enfoque centrado en la vida, donde prevalezca el bienestar de todos los seres vivos y el respeto por la naturaleza.
El desafío es grande, pero el Génesis nos muestra que todos tenemos un papel importante en la construcción de un futuro sostenible. Nos invita a reflexionar sobre el sentido de la vida y sobre lo que queremos transmitir a las futuras generaciones. Es hora de aceptar la invitación del Papa Francisco y de aprender a construir desde el biocentrismo, valorando y protegiendo la vida en todas sus formas.