La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) es un conjunto de enseñanzas sociales que la Iglesia Católica promueve y que se basan en el Evangelio, el Magisterio y la Tradición. Su objetivo principal es la construcción de una sociedad justa y fraterna, basada en el amor y la solidaridad.
La DSI está formada por las enseñanzas de la Iglesia contenidas en documentos sociales emitidos por los Papas, los Concilios, los Sínodos de los Obispos y las Conferencias Episcopales latinoamericanas. En Venezuela, la Conferencia Episcopal Venezolana también emite documentos relevantes.
El objetivo de la DSI es guiar a los católicos y a todas las personas de buena voluntad en la promoción de la justicia social, el respeto a la dignidad humana y la búsqueda del bien común. Se basa en principios fundamentales como la dignidad de la persona, el bien común, la subsidiaridad y la solidaridad.
Según el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, existen cuatro principios fundamentales de la DSI:
- Dignidad de la persona: Cada ser humano tiene una dignidad trascendente que debe ser respetada y promovida en todas las circunstancias. La defensa de la dignidad humana es el fundamento de la justicia social.
- Bien común: El orden social y su progreso deben estar orientados hacia el desarrollo y el bienestar de todas las personas. El bien común se basa en la verdad, la justicia y el amor.
- Subsidiaridad: Las decisiones deben tomarse a nivel más cercano a las personas y comunidades afectadas. Las instancias superiores deben intervenir solo cuando las inferiores no puedan lograr el bien común por sí mismas.
- Solidaridad: Todos los seres humanos están interconectados y tienen la responsabilidad de ayudarse mutuamente. La solidaridad implica trabajar juntos para superar las desigualdades y promover la justicia social.
Además de los cuatro principios fundamentales mencionados anteriormente, la Doctrina Social de la Iglesia también se basa en otros tres principios:
- Destino universal de los bienes: Dios ha destinado los bienes de la tierra para el beneficio de todos. Esto no significa que todo esté disponible para todos, sino que cada persona debe tener acceso a lo necesario para su pleno desarrollo.
- Propiedad privada: La propiedad privada es un derecho secundario que depende del derecho primario al destino universal de los bienes. No es un derecho absoluto y debe ejercerse de manera equitativa, teniendo en cuenta las necesidades de los demás.
- Igualdad fundamental: Todas las personas tienen igual dignidad y deben disfrutar de igualdad de oportunidades y derechos. Esto incluye la participación en el proceso de desarrollo pleno tanto a nivel individual como colectivo.
A lo largo de la historia, la Iglesia ha emitido numerosos documentos sociales para guiar a los fieles en la promoción de la justicia social y el bien común. Algunos de los documentos más importantes son:
- Encíclica Rerum Novarum (1891) del Papa León XIII
- Encíclica Quadragesimo Anno (1931) del Papa Pío XI
- Constitución Pastoral Gaudium et Spes del Concilio Vaticano II
- Encíclica Populorum Progressio (1967) del Papa Pablo VI
- Encíclica Laborem Exercens (1981) del Papa Juan Pablo II
- Encíclica Caritas in Veritate (2009) del Papa Benedicto XVI
- Encíclica Laudato Si' (2015) del Papa Francisco
Estos documentos y muchos otros contienen enseñanzas y directrices para la promoción de la justicia social, la solidaridad y la defensa de la dignidad humana.
La Doctrina Social de la Iglesia es un cuerpo doctrinal que busca orientar a los católicos y a todas las personas de buena voluntad en la construcción de una sociedad más justa y fraterna. Sus principios fundamentales, como la dignidad de la persona, el bien común, la subsidiaridad y la solidaridad, son fundamentales para lograr una sociedad más equitativa y respetuosa de los derechos humanos. A través de sus documentos sociales, la Iglesia busca promover la justicia social y el bienestar de todos los seres humanos.