La aporofobia es el odio, aversión o rechazo hacia las personas en situación de pobreza. Este fenómeno, acuñado por la filósofa Adela Cortina en los años 90, busca dar nombre a una realidad tan grave como la xenofobia, el racismo o la LGTBIfobia. El término fue admitido por la RAE en 2017, lo que demuestra la necesidad de visibilizar esta problemática y romper con la narrativa que culpa y oculta a las personas en situación de pobreza.
¿Qué es la aporofobia y cómo se manifiesta?
La aporofobia se manifiesta de múltiples maneras, desde insultos y vejaciones hasta violencia física e incluso asesinato. Las personas en situación de sinhogarismo son especialmente vulnerables a esta violencia, siendo el 47% de ellas víctimas de incidentes o delitos de odio y el 81% de ellas sufriendo más de una ocasión. El rechazo a los pobres no se debe a una aversión a una sociedad diversa y enriquecida, sino a la falta de un hogar.
Esta violencia y discriminación sistemática hacia las personas en situación de pobreza se debe a una violación constante de sus derechos humanos, como el acceso a una vivienda digna. Es importante entender que el sinhogarismo no es el resultado de un descuido o una mala elección, sino de una violación sistemática de derechos básicos. La solución más efectiva para proteger a estas personas de los delitos de odio es garantizarles acceso a una vivienda digna.
Valores anulados por la aporofobia
La aporofobia anula valores fundamentales como la compasión y la empatía hacia las personas en situación de pobreza. Esta ideología busca culpar a los pobres por su propia situación, en lugar de reconocer las condiciones estructurales que los han dejado en la marginación. La culpabilización de los pobres los convierte en una amenaza y permite que sean ignorados e incluso perseguidos.
Esta ideología se ve reflejada en el rechazo a los inmigrantes y refugiados, no por ser extranjeros, sino por ser pobres. Mientras se facilita la llegada de jeques árabes o futbolistas famosos, las personas en situación de pobreza son excluidas y criminalizadas. La aporofobia alimenta también las desigualdades sociales, ya que se basa en la creencia de que la pobreza es resultado de la indolencia o la culpa personal, en lugar de condiciones estructurales.
Cómo superar la aporofobia
Para combatir la aporofobia y los delitos de odio hacia las personas en situación de pobreza, es necesario tomar una serie de medidas:
- Implementar soluciones orientadas a erradicar el sinhogarismo, como la metodología Housing First, que ha demostrado ser efectiva en otros países.
- Incluir la perspectiva de género en las políticas públicas sobre sinhogarismo y delitos de odio, para atender las necesidades específicas de las mujeres sin hogar y abordar la violencia sexual que sufren.
- Modificar el Código Penal para agravar las penas por delitos de odio hacia las personas en situación de sinhogarismo y aprobar una Ley Integral de Delitos de Odio que proteja a las víctimas y fomente la tolerancia y diversidad social.
- Adaptar los servicios de atención a víctimas a las necesidades de las personas sin hogar, teniendo en cuenta su situación socioeconómica y psicológica.
- Mejorar la capacitación y los protocolos de atención de los servicios sociales, policiales y tercer sector en materia de aporofobia.
- Realizar campañas de sensibilización y denuncia dirigidas a la ciudadanía, para romper la distancia moral y prevenir comportamientos discriminatorios.
- Informar y sensibilizar a las personas en situación de sinhogarismo sobre los delitos de odio y los recursos a su disposición.
Es necesario trabajar en conjunto para superar la aporofobia y construir una sociedad más inclusiva y justa, donde todas las personas sean tratadas con dignidad y respeto, independientemente de su situación económica.