Wassily Kandinsky fue un artista y teórico ruso considerado uno de los padres del arte abstracto. A lo largo de su carrera, desarrolló un importante cuerpo teórico y exploró el color y la composición en sus obras. Su obra se caracteriza por su capacidad para evocar sonidos y movimientos a través de la abstracción.
La importancia de Kandinsky en la investigación del color
Uno de los aspectos más destacados de la obra de Kandinsky es su teoría del color. En su libro de lo espiritual en el arte, el artista describe las antinomias u oposiciones de los colores y cómo se relacionan con determinados estados anímicos. Según Kandinsky, cada color tiene un sonido asociado que evoca diferentes emociones.
- Rojo: Este color es ardiente y tiene un carácter inquieto. En tonos oscuros simboliza la madurez viril y se asemeja a los tonos claros de un violín.
- Naranja: El color naranja emite una sensación grave y radiante. Su sonido se asemeja al de una campana llamando al Ángelus, un barítono o una viola.
- Amarillo: El amarillo irradia desde el centro y evoca al delirio. Su sonido se asemeja al de una trompeta o un clarín.
- Verde: El verde evoca calma y pasividad. Su sonido se asemeja a los tonos tranquilos y profundos de un violín.
- Azul: El azul se mueve de forma concéntrica y parece alejarse del espectador. Su sonido se asemeja al de una flauta, un violonchelo o un órgano.
- Violeta: El violeta se concibe como un color lento y apagado. Su sonido se asemeja al del corno inglés, la gaita o el fagot.
- Blanco: El blanco representa un entorno donde desaparece el color material. Su sonido es un silencio lleno de posibilidades, una pausa musical.
- Negro: El negro es el color de la tristeza y la muerte. Evoca un silencio completo, la pausa tras la cual comienza otro entorno.
Estas son solo algunas de las reflexiones de Kandinsky sobre el color y su relación con la música y las emociones. Su capacidad para evocar sonidos a través de la pintura es una de las características más destacadas de su obra.
La obra más famosa de Kandinsky
Entre las numerosas obras de Kandinsky, una de las más famosas es amarillo-rojo-azul (1925). Esta pintura muestra su estilo característico de explosiones de color y formas en constante transformación. Las influencias artísticas principales de Kandinsky fueron Monet, los fauvistas y Matisse.
Se considera que las pinturas de Kandinsky fusionan la percepción del oído y la vista. El artista visualizaba los sonidos como parches de color y su amor por la música de Wagner se refleja en sus creaciones abstractas. Su comprensión de la importancia de los matices, la música y la iconografía en el arte abre nuevas perspectivas para apreciar su obra y su ideal de abstracción y asombrosas imágenes.
El legado de Kandinsky en el arte
Kandinsky fue uno de los grandes teóricos y practicantes del arte abstracto. Su enfoque se centraba en la representación de lo esencial del arte, más allá de una mera imitación de la naturaleza. Compaginó sus estudios de derecho y economía con clases de dibujo y pintura, y se interesó por las culturas primitivas y las manifestaciones artísticas populares rusas.
En Munich, Kandinsky estudió pintura y viajó por diversos países en busca de nuevas formas de representación alejadas de la mímesis tradicional. Fundó el grupo expresionista Der Blaue Reiter y comenzó a experimentar con la abstracción, buscando expresar algo más allá de la simple representación de la naturaleza.
Entre 1910 y 1914, Kandinsky pintó obras que se clasifican en impresiones, improvisaciones y composiciones. Sus cuadros se caracterizan por líneas negras agrupadas junto a vivos colores, geometrías y motivos decorativos eslavos. Su trabajo influyó en movimientos como el surrealismo, el neoplasticismo, el constructivismo y el expresionismo abstracto.
El legado de Kandinsky en el arte abstracto es invaluable. Su capacidad para evocar sonidos y movimientos a través de la pintura y su exploración de la abstracción han dejado una huella duradera en la historia del arte.