Dirigida por Marc Munden (Utopía, Tesoro Nacional), y protagonizada por una joven pero increíble Dixie Egerickx (la podés conocer de Patrick Melrose o The Little Stranger) cuenta la historia de la pequeña Mary Lennox, una niña de 10 años que creció en la India, y luego de que sus padres fallecieran debe ir a vivir a la lúgubre casa de su tío, interpretado por Colin Firth (del que, no te voy a mentir, me quedé con ganas de más). 

Es una película que tiene un ritmo lento. Cuando vi el poster por primera vez y sabiendo de que iba la historia, creí que podía ser una película para niños, niñas o pre adolescentes, pero no. Es gótica y con una trama oscura, así que no la recomiendo para menores de 9 años. Para los pequeños jóvenes de la casa la trama puede atraparlos, al igual que la empatización con los personajes. 

Tiene una fotografía terriblemente hermosa, y te hace viajar por lo más desolados parajes ingleses. A mi que me atrae el cine gótico pero con toques juveniles, me pareció que la escenografía fue de lo mejor logrado del film. Un castillo que cuenta con pasillos oscuros y habitaciones repletas de magia, al igual que un bosque encantado al que, desde un primer momento desee que existiera para poder visitar.

Esta película tiene esa singularidad: es realista dentro de su fantasía. Es un universo casi que mágico pero sutil que podría existir perfectamente y que, a quienes crecimos viendo películas ambientadas en épocas de antaño, nos encantaría pertenecer. 

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