Me teletransporté al viejo patio de mi abuela. Al strudel de manzana, a los retos en alemán. Al delantal a cuadros y sus rulos, sus ojitos claros con una mirada siempre seria, que ablandaba con una de sus sonrisas. Todo en este libro de Sandra Siemens me hizo acordar a ella, la abuela Francisca y sus memorias.
Lucía no tardes son historias cortitas, muy cortitas, de la época pre y post guerra. Son las memorias de una niña que busca a sus padres en cada rincón, de una mujer con el corazón roto y una abuela que la única forma de amar que conoce es a través de sus retos. Es como un cuadro pincelado, un retrato de una época sensible, una novela realista que habla sin tapujos sobre las pérdidas y la inmigración.
Lucía es quien se encarga de unir las cinco partes en las que se compone la obra. Cortita, de tan solo 96 páginas, es perfecta para leer en una tarde de lluvia, donde no queremos sobrecargarnos de información, más si de contextos distintos y emociones.
Es un libro apuntado para niños en edad escolar, no supone una lectura compleja, y la trama acompaña ese buen llevar. Sandra juega con la intriga sobre el pasado y presente de Lucía. Con los sentimientos de una realidad áspera, donde poner sentimiento en palabras era una cuestión mucho más difícil que ahora.
Lucía, no tardes es un libro que te transporta. Que tiene el aroma de los libros de mi abuela, que no te cuesta leer. Es una fotografía de época, un viaje al pasado, y la certeza de que sea donde estén nuestros seres queridos, está nuestro corazón.
#TeamEPP
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