#HablemosDe | Las cosas que nos pasan (y que nadie cuenta en su Instagram) | #EPP


Somos chicas de redes sociales, y somos pibas de la vida cotidiana. De eso que nos hace terrenales. Así nació #EPP: veíamos tantas cosas que nos gustaban y tantas que queríamos compartir con ustedes. Nos indignaban un par de situaciones, de las que no nos animábamos a hablar por miedo no solo al rechazo, también a esta cuestión ilógica de "me van a dejar de leer porque opino diferente al resto". Hasta que nos dimos cuenta que no opinábamos tan diferentes a como lo hacían las demás. Que nos pasaban las mismas cosas que a vos, y que a ella. Pero que nadie hablaba de eso que nos estaba pasando. Como si fuera un tabú. Fue ahí, en ese punto de inflexión, donde #EPP creció y se convirtió en la comunidad que es hoy. Cuando nos animamos a dar el paso, cuando les mostrábamos lo lindo que nos pasaba, y hablábamos sobre aquello que nos enojaba, con ustedes.

Las redes sociales nos muestran cuerpos perfectos (depilados, sin estrías, sin celulitis y casi que sin trabajar). Platos deliciosos, fiestas increíbles y rincones del mundo de ensueño. Sonrisas amplias y blancas, personas hermosas, brillo... mucho brillo. Nos muestran la vida que querríamos tener. O que TENEMOS que tener. Pero no nos muestra el detrás de esas escenas, solo la buena edición y el mejor de los filtros. 

Creemos ser genuinas. Les hablamos de feminismo, de las inseguridades que tenemos con nuestros cuerpos, de los dramas (eternos) con nuestra carrera. Pero, como queremos ser más genuinas aún, les hablaríamos de esto. Hoy, queremos que #HablemosDe esas cosas que no mostramos (pero que nos pasan, y sabemos que a ustedes también). Y acá van:


#1: Salgo todos los días antes de las 8 de la mañana de mi casa.

Y tengo ojeras, muchas ojeras. La mayoría de las veces, llegan las 10 de la noche y lo que más quiero en el mundo es un café con leche, mi cama hecha y perfumada y un capítulo de Sherlock. Quiero dormir el fin de semana entero, pero es el único momento de la semana en que puedo ver y disfrutar de mis amigos. Opto por el sol, las plazas y el aire libre. Respiro libertad.

Si no ves mis ojeras en instagram, es que seguramente estén maquilladas. 


#2: Trabajo en un local de ropa.

Y no me siento mal por eso. A veces creo que la vida me está esperando, y otras veces (en los momentos de felicidad) me doy cuenta que esta es la vida. Que las oportunidades se buscan y, a veces, te encuentran. Y está bien. Consejo para vos (y para mi) en esos días: no te sientas culpable por ponerle un poco de pausa a la vida tan agitada que llevás. No te sientas mal por querer menos de lo que el mundo espera de vos. Porque a veces esperan demasiado, y en el medio nos damos cuenta que solo se trata de nuestra felicidad. Frená, mirá a tu alrededor, y respirá. Comenzá de vuelta cuando sientas que tengas que arrancar. Tenés toda la vida para reinventarte.

Aunque en instagram parezca todo lo contrario, la mayoría de las veces odiamos aunque sea un poquito nuestro trabajo.


#3: La mayoría de las veces no sé que comer (pero sé que tengo hambre).

Y termino tomándome un café con leche mirando Sherlock. Porque no tengo todos los ingredientes de las recetas que likeo en mi heladera. Porque aunque intente, las ollas no son lo mío y aunque pase media hora sentada en la silla mirándolas, no tengo la varita de la Señora Weasley que hacen que cocinen solas. Y porque a veces, no tengo ganas de cocinar. Aunque sepa que es fundamental para una vida sana. Tan simple como eso.

A veces, mirás el plato y pensás con orgullo que te salió igual que en la foto. Pero cuando lo vas a probar, no es tan rico como lo pintaban.


#4: Aún trabajando todo el día, no me dan los números.

Y quiero viajar por el mundo, poder tomarme una cerveza con amigos aunque sea una vez por semana, y darme algún gustito, como un libro que quiera leer hace años. Pero hay un alquiler que pagar, que al aumentar cada seis meses, hace que mi sueldo valga cada vez menos. Y también hay expensas, servicios y una vida por vivir.

Nos muestran objetos de deseo que debes tener para que nuestra vida esté completa (el último iPhone, lo nuevo de M.A.C, los vuelos cada vez más caros), pero no nos cuentan que la vida también está en las pequeñas cosas.


#5: A veces, me pregunto porqué no estudié otra cosa.

Y ese aveces, generalmente, se convierte en todos los días. Veo a las personas vivir de lo que aman hacer y pienso: #EPP es lo que amo hacer. Y nos sale bien, le ponemos toda dedicación del mundo para que día a día crezca. El otro día le dije a una amiga: "si #EPP no crece más de lo que creció, no importa. Porque creamos algo de la nada y lo convertimos en una comunidad hermosa". Y ahí entendí todo. Por más que hubiera estudiado otra cosa, ser comunicadora era mi destino. Y no había forma de que sucediera lo contrario.

Como todo, lo que pasa es que en las redes solo mostramos lo mejor. Y así con las profesiones. Encontrá la luz en eso que te guste hacer, y explotala. 

Pero también, me pasan otras cosas...


#1: Hablo con mi mamá por teléfono todos los días.

Si vieran un vlog de mi vida, seguramente pasarían por lo menos media hora escuchando conversaciones telefónicas con mi mamá. Como nos reímos, cocinamos juntas por teléfono (aunque la mayoría de las veces no nos demos cuenta) y nos contamos la cotideaneidad que no compartimos. La conocerían, y la querrían más que a nosotras.


#2: Tengo mi (¡ojalá!) propio departamento, y es mi espacio.

Con mis plantas, mis libros y la pava siempre arriba de la hornalla. La mayoría de las veces, con un desorden inusual. Con mil papeles y libretas arriba de la mesa. Con la cama sin hacer, y sin perfumar (tenemos que trabajar en eso). Es mi lugar en el mundo, es mi refugio. Y no hay sensación más hermosa que esa.


#3: Mis amigues están a un whatsapp de distancia.

Y a pesar de que muchos tomamos caminos diferentes (La Pampa, Brasil, Buenos Aires, Barcelona... ¡el mundo entero!) sé que pase lo que pase solo me basta un mensaje para encontrar apoyo. Es lindo saber que nos pasa a todes lo mismo, y que siempre va a haber un abrazo amigo para darte ánimos, o alguien esperando el ¿vamos? para rumbear a algún bar a brindar por las buenas noticias.


#4: Y mi sueldo ¡a veces alcanza!

Creéme que cuando podés pagarte esa comida que tan feliz te hace, o podés ahorrar para poder hacer un viaje (aunque sea acá nomás) la sensación es tan placentera que te olvidás de todo. Poder contar con independencia económica no solo nos hace libres, nos empodera. El saber que vos podés, más allá de la situación económica que estás viviendo, es glorioso. Ojalá todes puedan sentir alguna vez esa libertad de no depender de nadie.


#5: Aunque piense que no va a pasar, pasa.

Todo llega. Después de muchos años de trabajo, vas a ver que va a dar frutos. Vas a poder dejar la tienda, para trabajar en un lugar que realmente te haga feliz. O vas a poder ser jefa de tu propio emprendimiento. Eso nos pasa con #EPP, y muchas veces no lo expresamos: nos da mil dolores de cabeza, pero las alegrías... Las alegrías son inmensas, tanto que nos llenan el pecho de felicidad.

No te sientas culpable por no tener esa vida que muestran en las redes sociales. La mayoría de las veces no son reales, y la felicidad no es genuina. Porque no existe felicidad a tiempo completo, solo existe en momentos que te hacen sonreír. El resto es calma, y la certeza de saber que estás haciendo las cosas bien. 

Hablá de esas cosas que te pasan (aunque no lo veas en Instagram) porque entender que hay otra persona que está pasando por lo mismo que vos, es gratificante. Como siempre te decimos, en #EPP tenés ese espacio para poner las cosas sobre la mesa: acá vamos a darle una vuelta de rosca, a intentar entender y construir juntes. Empecemos a mostrar la realidad, que es mucho más simple de lo que vemos, y también mucho más gratificante de lo que parece. Las mejores cosas en la vida son gratis, dicen. Disfrutemos eso, entonces ♥

#TeamEPP

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