Nunca había leído a Murakami. Amiga fan me lo recomendaba siempre, y cuando nos llegó el paquete de Tusquets Editores, fue la primera en comentar que quería leerlo: "Es simple en su escritura, pero complejo en sus historias", me advirtió, antes de que comenzara a leer una de las novelas más esperadas del 2018.
La Muerte del Comendador cuenta la historia de un retratista de prestigio que, tras divorciarse de su pareja luego de una relación de seis años, se muda a las montañas del norte japonés a reacomodar su vida y su camino. Todo sigue su curso nomal, hasta que una campana, una vieja leyenda budista y un enigmático vecino millonario aparecen en su vida, dejando la puerta abierta para que el misterio y la incertidumbre se instalen en la pacífica existencia del pintor.
La cultura japonesa es un enigma en si mismo para este lado tan occidental del mundo, y encontrarme con un relato tan simple y conciso sobre la vida oriental no dejó de sorprender ni un segundo desde que tuve el libro en mis manos. Murakami me atrapó por su cadencia a la hora de escribir, incorporando elementos a la trama que atrapaban a medida que iban pasando las hojas.
No fue un libro que leí de un tirón. No me costó, sino que decidí disfrutarlo, como una disfrutaría un libro en pleno verano. Es un libro inocente, porque en los tiempos que corren habla abiertamente de la soledad, la obsesión y el amor desde diferentes ángulos. Desde perspectivas, no impensadas, pero si no imaginadas por nuestro propia cultura. Murakami va a tener más espacios en mi biblioteca, porque me llamó la atención esa forma pura, casi infantil pero a la vez súper analítica que tiene el personaje principal de ver las cosas.
¡Plot twist! Este libro fue clasificado en China como "indecente". No puede ser vendido ni prestado por librerías y bibliotecas a personas menores de 18 años, y fue retirado de los estantes de la Feria del Libro de Hong Kong pasada.
Los últimos capítulos fueron los más vertiginosos, pero siempre con esta sensación de: "¿ya se termina? ¿se tiene que terminar?". Leí por ahí que es un libro sin fin, que te acompaña y que deja la ventana abierta a lo que pueda pasar en su segunda parte, que esperamos poder disfrutar en nuestro país durante el transcurso de este año.
Es un libro que te invita a pensar, si querés pensar. Que te atrapa, te lleva y te dan ganas de no dejar de leer. Como si el pintor y el comendador vivieran con vos. Como si fueran parte de tu propia vida. Ese, es el mayor logro de Murakami con esta gran obra.
Noe Torres
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