Hola chicas! Cómo andan? Espero que muy bien, hoy les traigo un post para hablar un poco de salud, siempre con una palabra autorizada, en éste caso el doctor Jorge Alonso (MN 67640) nos cuenta un poco más sobre las propiedades de la cetona de frambuesa, ¿conocían algo sobre éste compuesto activo del fruto? A seguir leyendo el post para enterarse de más!
La obesidad es una de las epidemias más importantes de este siglo, superando incluso a la cantidad de personas que sufre desnutrición. Cerca de 3 millones de personas mueren al año por las complicaciones que genera esta enfermedad. Si bien hay casos donde la genética juega un rol primordial, es bien sabido que los malos hábitos, el sedentarismo y el estrés de vida condicionan en mayor medida su aparición. Por ello la ciencia está procurando investigar los mecanismos íntimos por los cuales se origina esta dolencia con el fin de poder abordarla satisfactoriamente.
Gran parte de estas investigaciones están puestas hoy día en los frutos
silvestres, en especial en las frambuesas. Las frambuesas son uno de los frutos
más deliciosos que nos ha dado la naturaleza. Oriundas de Europa y norte de
Asia, han sido utilizadas desde épocas lejanas no sólo como elemento
comestible, sino también medicinal. Los chinos empleaban sus frutos para
mejorar la función de los riñones, en tanto las hojas han sido un excelente
recurso para el abordaje de las diarreas.
Su nombre deriva del latín fragare
(fragancia) en alusión al exquisito aroma de sus flores y frutos.
Precisamente en el aroma de estos frutos radica uno de los compuestos
activos más importantes para el manejo de la obesidad, y es el que le da
precisamente esa hermosa fragancia. Nos referimos a la cetona de frambuesa (conocida como rapsberry ketone en inglés). Se trata de un compuesto volátil que
ha sido motivo de importantísimos estudios en el área de obesidad y trastornos
de los lípidos. Los primeros trabajos en animales de laboratorio determinaron
un descenso gradual de peso, especialmente en el lote de animales que consumían
gran cantidad de grasa en su ración diaria.
Lo interesante de estos trabajos es que se llegó a determinar muy bien
su mecanismo de acción, el cual está centrado en el aumento de dos moléculas
fundamentales: la adiponectina y la adipocitoquina. Ambas sustancias son muy
importantes para la reducción del acúmulo de grasa corporal y para reducir la
resistencia a la insulina que es característica en personas con obesidad
crónica y grasas elevadas en sangre. Lógicamente a estos resultados
preliminares había que refrendarlos a través de ensayos clínicos.
Por lo tanto estos hallazgos que nos brinda la ciencia a partir de
productos naturales constituyen un nuevo eslabón en la lucha contra la
obesidad, en especial sabiendo que su consumo no genera ningún efecto indeseado.
0 comentarios