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En esta nueva aventura de León, Kira, Milo, Renata y Rebeca, los chicos buscan la forma de debilitar a La Central, esta vez con la ayuda de Manuel Videla Balaguer, creador de El Clandestino, y papá de las gemelas. Recuerdo abrir el libro por primera vez (después de meses de intriga y con muchas ganas de saber que pasaba) y leer esa editorial que resumía todo lo que esta historia iba a ser: una gran denuncia.
Sentí que la historia creció, maduró. Me reencontré con personajes con los que me había encariñado y sentí que Agus Caride (su autora, un lujo de las novelas distópicas nacionales) había encontrado la vuelta de tuerca que le faltaba a esta aventura para ser perfecta. Me encontré cerrando el libro -también por primera vez, porque estoy segura que alguna vez voy a volver a leer la saga- y diciendo ¡que buena historia! ¡que buena forma de contar!
Generación Cero es una gran denuncia a un sistema que está por venir. No hablo de microchips implantados ni de helicámaras, sino de una tecnología que avanza de manera arrolladora, de una libertad que tiene que volver a pertenecernos. Habla de reencontrarnos con nuestras raíces. De que en las tostadas con mermelada casera y en el olorcito a tierra mojada también está nuestra felicidad. Nos recomienda que nos desconectemos un poco para volver a conectarnos con el otro, más en persona, menos con un dispositivo electrónico.
En la reseña de Última Generación -el primer libro de la bilogía- dije que mi personaje preferido era Kira, por su valentía y su extraña forma de pensar la libertad. Ahora voy a elegir a Luciana -Agus, ya sabés que quiero un spin off sobre su vida, ja!- por haber sido libre. Y a León, por haber elegido liberar.
Entre el rol de los medios y un sistema político totalmente corrupto, Generación Cero logró completar a la perfección el recorrido empezado en Última Generación. Agus Caride se animó a ir más allá, y hacer de una aventura de adolescentes, un libro que invita a resistir sobre aquellas cosas que creemos que están mal. Y a reflexionar sobre lo que fuimos y adonde vamos. Me quedo con eso que me enseñó: que el pasado un día puede ser presente, por eso hay que vivirlo con ganas y eligiendo ser libres, cualquiera que sea nuestra definición de libertad.
Noe Torres.
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