Los que me conocen bien sabrán que no soy una persona muuuy meticulosa en mi rutina de belleza. Quizás arranque con toda la emoción a seguir una rutina, y después de una semana se me va la emoción y dejo todo. Por eso decidí seguir ciertos pasos para el cuidado de mi piel que no me llevan mucho tiempo, y que sugieren cambios de hábitos en mi vida diaria, ¡hay que ser prácticas chicas! Para las vagas como yo, acá van 5 consejos...
Todos sabemos que la base de una piel sana y radiante es la hidratación. Y para eso ¡no hay nada mejor que el agua! Sirve para limpiar las impuresas, así que recordá lavarte el rostro cuando te levantás y antes de irte a dormir (más que nada para sacar la suciedad y los restos de make up) y también acostumbrate a tomar agua. Tené una botellita siempre a mano (es la solución más sencilla para las olvidadisas como yo) o en la cartera ¡Vas a ver que no vas a poder resistirte a tomar si la tenés al frente!
Para las que no están acostumbradas a usar nada, quizás ponerse una crema pesada tooodos los días, les va a resultar un poco tedioso. Yo arranqué usando la crema gel de Lidherma, que es súper liviana y me refresca un montón la cara cada vez que la uso. Yo la uso cuando me lavo la cara al levantarme y antes de dormir, lo cual me deja el rostro súper hidratado, fresco y con una sensación de limpieza re linda. Aparte, con el uso constante le da elasticidad y súper suave, ¡recomendadísima!
El uso de exfoliantes o de limpiadores más agresivos (los que contienen gránulos, por ejemplo) no tiene que ser más de dos veces a la semana porque podemos irritar la piel y eliminar capas de piel (si, así como lo escuchás) y lastimarte. Lo más recomendado es que después de la exfoliación, utilices una crema hidratante, para que cuando tus poros vuelvan a cerrarse, la acción del producto no sean tan abrasiva.
Como siempre digo, la alimentación sana es la clave para tener una piel sana. Quizás te parezca un dato innecesario, pero tomar agua y alimentarte de manera variada (comiendo fruta, carne, verduras) va a ayudarte a que tengas una piel radiante. Esto no quiere decir que tenés que dejas atrás las comidas con grasas, ¡no! (nunca te haríamos eso, amado chocolate ♥) pero si variar más tu alimentación.
Por último, el sueño es otro paso súper importante para tener una piel sana. Yo intento (con esto de levantarme temprano, cursar, trabajar, tesear e ir a eventos se me está complicando un poco) dormir 8 horas por día, pero cada uno tiene sus procesos y sus tiempos, así que encontrá el horario perfecto en el que tu cuerpo se mantenga descansado. #TipEPP: podés dormir con una mascarilla de gel refrescante o con alguna que tenga aromatizantes, así tus ojos descansan más, no le entra la luz ¡y te levantás sin ojeras!
Y aquí está, esta fue ¡mi rutina de cuidado de la piel! Quizás sean cosas súper básicas, pero tengo mi piel sana, limpia y (casi) sin imperfecciones. ¿Tenés algún consejo para personas vagas como yo? ¡No dudes en dejarlo en un comentario! Como siempre digo, ¡todo suma!
Noe Torres
1 comentarios
me estaria faltando dormir bien jajaja un besoteeee
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