Que arrancara hablando de destino y no de suerte me compro enseguida. Tenía muchas expectativas con Última Generación, el primer libro de la bilogía de Agustina Caride y muchas las cumplió. Y quizás fue la valentía de León, "el recorrido y no el camino" que hizo su historia, lo que me llevó a cerrar el libro y querer teletransportarme a octubre para tener Generación Cero, el libro que sigue.
Última Generación es una novela distopica del año 2016 (recién salido del horno), una producción 100% Argentina que tiene su impronta en en lunfardo, en esos "pibes" que distinguieron las fallas en el sistema político de un gobierno autoritario y controlador, y que decidieron cambiarlo. Me costó adaptarme al lenguaje, es verdad. Pero porque no terminaba de ser ni argentino ni neutro. Me hubiera gustado que jueguen mas con esta identidad de los personajes, porque estuvo bueno leer una historia así (con misterios, rebeliones y microchips) con pedacitos de palabras que nos interpelan como país.
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foto facebook Última Generación |
La historia se centra en León, un joven de 16 años, que vivió toda su vida en Hosch, un pueblo tranquilo dónde nada extraordinario pasaba. Era diferente a los chicos de su pueblo (y su Nación) porque el no estaba lexeado, no tenía un microchip que controlara y registrara sus movimientos. Escapaba a los ojos de La Central, si. Pero no podía comprar comida, caminar por su pueblo o ir al colegio. El no existía en los registros, y por eso tenía que ocultarse, y pasaba sus días buscando la ubicación del Clandestino, el único diario opositor y su llave para un destino libre.
Su vida cambia completamente cuando un joven de su pueblo, Milo, lo salva inesperadamente de los centrales (los guardias de seguridad que controlan que todos estén lexeados y que, los que no -también llamados outsas- permanezcan en asentamientos). Es él quien le presenta a Kira, su hermana, una chica que tampoco está lexeada pero que uno de sus sueños más grandes es tener uno de estos microchips en su dedo.
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El símbolo de la rebelión ♥ |
Y es ella mi personaje preferido. Quizás sea que somos tan diferentes, que me mostró otras versiones de la libertad que no pensaba posibles, al igual que a León. Él, ve no tener microchip como una forma para iniciar una revolución, un acercamiento a la libertad. Ella no. Porque para Kira ser libre es poder elegir como pensamos y que pensamos. Es valiente porque decidió pensar y hacer diferente. Es valiente porque al elegir dejar sus sueños para perseguir otros que veía lejanos, no dudó y no le dio vergüenza admitir que quizás estuviera equivocada (otros #ChicosFans de este libro seguramente sabrán de que hablo y... ¡AHHH! ¿¿Se sorprendieron tanto como yo??).
Los capítulos son cortos y fáciles de seguir. No fue un libro que (por mis propios tiempos) pudiera leer rápido. Pero sentí que en un abrir y cerrar de ojos se había terminado. Sentí que la historia transcurría tan deprisa que le faltaba algo, y es por eso que no puedo esperar para cerrar la historia en octubre, cuando salga Generación Cero.
Me reencontré con mi país en leyendas, en personas, en palabras. En la magia de Kintukewun, en las ansias de libertad de León. Última Generación me hizo pensar en eso. En la suerte y los destinos. Como, aún sin saberlo y aunque nuestras convicciones cambien con el camino -o el recorrido-, nuestro destino está en nuestras manos. Y en León, Kira y Mila. Que llegue octubre rápido, ¡por favor!
Noe Torres
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