Siendo oficialmente las 12:20 de la noche de un viernes (en serio, no concibo plan mejor que quedarme leyendo envuelta en frazadas, comiendo chocolate y tomando café) terminé de leer ¿Y si quedamos como amigos? de Elizabeth Eulberg. Por segunda vez (les pido mildis por el vicio).
Este libro no solo se caracteriza por tener la portada más bonita que hay en mi biblioteca (en serio, ¿no es hermosa?), sino también por ser la historia de Levi y Macallan, dos adolescentes que se conocen en el colegio después de que uno se mudara a la ciudad del otro y que gracias a una serie de televisión que veían los dos se hicieron amigos inseparables.
Plantea una pregunta sencilla y complicada a la vez: ¿pueden una chica y un chico ser amigos sin que haya confusiones amorosas en el medio de su amistad? Tema que le debe quitar el sueño a más de uno, cuenta como van surgiendo las complicaciones a medida que los dos chicos van creciendo, cuando otras relaciones, los celos y la posibilidad de perder al otro empiezan a quebrar el compañerismo.
Es un libro 100% hermoso. Lo juzgué por su portada y no me arrepiento de haberlo echo. Lo compré por lindo (bonito y bien peinado) pero sin esperar mucho de él, y desde la primera página encontré una historia atrapante, contada desde un lugar súper original y que me hizo reír y llorar a la vez. Encontré en Macallan un reflejo mío a mis 16 años. Entendí sus miedos, sus reacciones y sus huídas... ¿quién no dijo que no alguna vez por miedo a lo que se podía arruinar en el futuro? No soy libre de tirar la primera piedra. Es un libro que te cuenta una historia real, y quizás eso sea lo que más me gustó. No te anda con vueltas, no te dibuja perfectamente a los personajes.
Podría decirse que la historia está dividida en dos. Literalmente. Son 18 capítulos contados por Levi y por Macallan, que se van intercalando en los relatos y que se diferencian hasta por la tipografía. Era tan lindo que nada podía estar librado al azar, por eso al final de cada capítulo podemos ver una hoja en negro donde los dos analizan y debaten los hechos que relataron en diálogos breves, concisos y divertidos.
Obviamente, me quedo eternamente con Levi, pero con la acidez de Macallan. Chiquito y confundido, pero a la vez enamorado y decidido. No quiero andar revoleando spoilers como quien no quiere la cosa, si leen el libro van a entender porque me gusta tanto y que es lo que tiene que logró enamorarnos a todas (mejor amiga incluida, ¡perdón!).
Se lleva un rotundo 5/5 Gatitos #EPP. Por portada, por diseño, por traducción, por historia. Porque los personajes me interpelaron. Porque, como siempre digo, tengo la suerte de estar enamorada y de novia con mi mejor amigo. Con todo lo que eso implica, aun después de tantas vueltas, después de tanta historia. Porque en él encontré mi Levi, el Floyd de mi Buggy. Que me cuelguen si podía evitarlo...
Noe Torres
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