Chicos, juro que que Pilar Sordo
venga a La Plata no tiene nada que ver con mi serie de post sobre la felicidad
y el bienestar del cuerpo #TrueStory. Lo que pasa (acá es cuando una se
justifica a pesar de que está en su propio blog) es que hace un mes atrás mi
rutina cambió al 100% al encontrar un trabajo que me obliga levantarte a las 6
de la mañana. Si, como lo escucharon. Por ende era común verme cansada, dormida
y hablando pavadas a cualquier hora del día (ni hablemos de lo despeinada). Para reordenar mi vida asumí ciertos hábitos
que, quizás parezcan irrelevantes, pero que son muy importantes en nuestras
vidas. ¡Acá les cuento cuales son!
Y acá ustedes dice: ¿qué me está
diciendo esta muchacha? Pero ¡es verdad! Yo “tomaba agua” pero cuando empecé a
pensar cuanto tomaba, me di cuenta que no llegaba ni al medio litro por día. Lo
recomendado es entre 1 y medio y 2, para limpiar el cuerpo, hidratarlo… y te
juro que el cambio se nota. Más que nada en la piel y el rendimiento físico.
Hace unos días destaqué la importancia
de salir a caminar. Créeme que cuando estás a full, que no te alcanzan las
horas del día para hacer todo lo que tenés que hacer, que alguien te diga:
¿vamos a caminar? O salir a dar una vuelta (aunque sea de 5 minutos) te despeja
completamente la mente. Cambias el aire, salís de donde estés, tenés ese tiempo
exclusivo para vos y encima, conocés rincones de tu ciudad que quizás ni sabías
que existían.
Fundamental en mi vida chicos.
Soy una ermitaña declarada y amo estar en mi casa más que cualquier otra cosa
en el mundo. Lastimablemente no tengo
mucho tiempo para mí (entre trabajo, tesis y cursada) así que me puse un día en
la semana en donde me quedo sola y hago todo lo que no hice en el resto de los
días. Por ejemplo, pintarme las uñas de mi mano izquierda (que siempre queda
despintada pobre porque su dueña es una zurda inútil con la derecha).
Y acá es cuando saco a relucir mi
chapa de agendadora (persona que usa frecuentemente una agenda, #ponele) donde
tengo anotado TODO lo que tengo/quiero/nodeboolvidar hacer. Que te pongas metas
cortas significa que te ordenes. Que digas: hoy voy a limpiar la cocina, tirar
curriculums y escribir un post súper copado para #EPP. Las metas largas tienen
más que ver con tus sueños y proyectos. Creeme que, al final de día, una agenda
llena de tareas resueltas te dan una satisfacción enorme y un “si puedo” en tu
cabeza.
Novio se va a reír de este
consejo porque sabe que me cuesta horrores interactuar con las ollas y las
sartenes. Increíblemente, me puse firme y un día a la semana lo dedico a ir a
la verdulería para comprar fruta y verdura para tener. Me re acostumbré a comer
una fruta después del almuerzo y la cena, que no solo termina de saciarme
(puedo ser un barril sin fondo cuando me lo propongo chicos), sino también me
aporta un montón de vitaminas que no incorporo con otras comidas. La naranja es
mi aliado perfecto para la temporada de alergias y gripes, y desde que empecé a
comer esa fruta juro resfriarme menos #TrueStrory
La lista podría seguir
infinitamente: eliminá a gente tóxica de tu vida, tomate aunque sea 15 minutos
de tu día para hacer algo que te apasione, sonreí más… Acá la cosa es que vos
mismo tenés que encontrar que es eso que te hace feliz y explotarlo en tu vida.
La felicidad es salud, ¡y también es una cuestión de actitud!
Noe Torres
1 comentarios
Ameeeee este post!!! Puedo decir que, a pesar de ser vegetariana, el temita de la comida sana... mmmmm... lo dejo pasar jajaja nada mejor que un picadita con papas fritas el finde y un helado enorme jajajaja pero en el resto, te re banco!! Sobretodo en eso de reir mas :) besosssssssssss
ResponderEliminar