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¿Es posible que una película te teletransporte a Hogwart combinado con el ambiente de los libros de Hemingway? Llámenme loca, pero les juro que a los pocos segundos de empezar a ver El Código Enigma, película protagonizada por Benedict Cumberbatch (Sherlock) y Keira Knightley (Orgullo y Prejuicio), sentí exactamente eso: que viajaba en el tiempo. Me instalé durante dos horas en la 2° guerra mundial (con lo mucho que esa época me gusta).

The Imitation Game cuenta la famosa historia de Alan Turing, el genio matemático que fue clave para la definición de la guerra gracias al descifrado de la máquina Enigma, que lo que hacía era encriptar los mensajes de la Alemania Nazi que daban la ubicación exacta de los futuros ataques. Hace unos años, tras la desclasificación de varios archivos británicos (se desclasifican cada 50 años), se dio a conocer que victorias claves como el Desembarco de Normandía fueron ganadas gracias al equipo del matemático que trabajó incansablemente hasta dar con la solución de Enigma.


Es una película ambientada en la Inglaterra del año 1952, pero con continuos flashbacks a la infancia y la juventud de Alan Turing. Es así como nos damos cuenta que Alan era gay, condición penada por la ley en esas épocas. No es que los quiera spoilear ni mucho menos, pero fue una de las partes que más me indignó de la película. Pensar que un hombre puede ser condenado por el solo hecho de pensar y sentir diferente, más allá de sus logros y virtudes me parece una atrocidad. Pero sigamos hablando de la peli...

Ganadora de los premios Óscar y Satellite por Mejor Guión Adaptado, la película está basada en el libro de Andrew Hodges, un matemático londinense quien escribió la biografía de Turing y en el año 2002 fue nombrado en la lista del diario The Guardian en su lista de los 50 libros esenciales de todos los tiempos. Hodges también es conocido por ser el pionero de la revolución gay en los años 70 y por haber escrito varios libros de divulgación científica.


Muchos critican de esta película que no refleja en un 100% la personalidad del matemático, pero déjenme decirles que a mi me encantó. Aplaudo a Benedict por el papel que interpretó y creo que es un personaje que cuando lo llegás a comprender a fondo entendés el porqué de su personalidad obsesiva y arrogante. En esta película podemos ver las diferentes máscaras tras la cual ocultaron a Turing: un hombre, una máquina, un Dios que tenía en sus manos la posibilidad de elegir quien moría y quien no.

Prefiero decir que él era diferente, y que lo supo desde siempre. Que fue un hombre cuando apostó en una mujer (y en esa época es mucho decir) para dejar en sus manos parte de su trabajo. Que fue una máquina cuando trabajó incansablemente para descifrar a Enigma. Que fue un Diós por haber contribuido a poner un freno a esa guerra ilógica. Como dice en la película: "A veces la persona a la que nadie imagina capaz de nada, es la que hace cosas que nadie imagina", y el hizo mucho más de lo que nadie pudo imaginar jamás.

Noe Torres.