El día que Trapiche habitó Casa Foa


Todos los intentos de la lluvia de aguar la visita a Casa Foa fueron en vano, ya que el jueves 12 de noviembre recorrimos las instalaciones de una casona en Retiro, intervenida por más de 100 arquitectos y artistas plásticos. El objetivo, conocer el #WineBarTrapiche de la mano de la arquitecta a cargo del proyecto, Adriana Randazzo pudo cumplirse pese al agua y ahí estuvieron las #ChicasEPP para contártelo. Abran las puertas, ¡Que empiece el recorrido!

La Cita

El encuentro estaba pautado para las 12:30 del mediodía, en Balcevedo al 1233, donde caminando por las típicas veredas de Buenos Aires me encontré con una de las mansiones más grandes que había visto hasta el momento. La casa, perteneciente a la familia Sastre, me recibió con el #WineBarTrapiche detrás de la gran reja negra y una fuente de la fundición francesa Val D'Osne que adornaba una de las paredes principales del lugar. Casa Foa todavía no estaba abierta para recibir visitas (las visitas guiadas comienzan después de las 13:00 horas), pero la gente de Trapiche no dudó un segundo en abrir las puertas del lugar y dejarme admirar (y sacar un buen par de fotos, lo admito) las habitaciones que conformaban la mansión.


¿Me creen si les digo que parece un lugar de película? Quizás sea que cada artista le puso su sello propio, como el colorido de Javier Iturrioz, con sus mapas y colores, o la impronta Hollywoodense de Paul Chiappori, donde no faltaban los cuadros de Marilyn y la combinación rojo, negro y dorado. Cada habitación tenía lo suyo, y es que los artistas eligieron exclusivamente que parte de la casa intervenir, para poder plasmar arquitectónicamente su personalidad en cada espacio
.
El Lugar

La Mansión donde Casa Foa eligió como sede este año, es una casa construida en el siglo pasado, la cual si bien no hay datos de quienes fueron los arquitectos que estuvieron a cargo de su construcción, siempre perteneció a la Familia Sastre. En venta y valuada en unos 12 millones de dólares (si, nosotras también quedamos impactadas con este dato), se cree que en el futuro pueda ser un hotel o un centro de exposiciones artísticas. Lo cierto es que cada habitación cuenta con unos 14 metros de alto y tiene más de 10 ambientes intervenidos.


Arquitectos y artistas plásticos como Adriana Randazzo, Taller Tacadi, Estudio Pqr (quienes diseñaron la sala de lectura, uno de mis espacios preferidos) y Paola Rossi estuvieron a cargo de las intervenciones y acá es donde podemos observar los más variados diseños. Algunos, como María Beatriz González Zuelgaray (encargada de la cocina 1 en 3) comenzaron con un proyecto y al descubrir las formas originales de la casa en sus paredes, decidieron cambiarlo y jugar con formas entre lo viejo y lo nuevo.

Amor eterno por los pisos del lugar (saben que soy una loca por los pisos y cerámicos antiguos), algunos conservaron intacto el parquet (más que nada en la planta baja), la madera y las baldosas que formaban juegos de formas y colores que se acentuaban con la llovizna que caía finita en el suelo (saqué muchísimas fotos, por supuesto. No hubiera sido yo, sino).

La mejor compañía

“Me gustan los desafíos, por eso elegí el exterior y acepté la propuesta de Trapiche. Espero que les guste”, dijo Adriana Randazzo, la arquitecta a cargo del #WineBarTrapiche al comenzar el recorrido. Fue ella quien obtuvo la medalla de oro por Paisajismo. Con una fusión entre lo minimalista y lo antiguo, entre lo natural y lo material, Adriana logró recrear un ambiente donde la antigüedad de la mansión y la modernidad se ven combinadas perfectamente. Mientras recorríamos el exterior de la casa, se podía escuchar una música tenue, y aunque intentamos buscar los parlantes que la reproducían, fue totalmente en vano. “Es porque están enterrados”, nos confesó entre risas la arquitecta. El sistema es sencillo: tiene un subwoofer bajo tierra con un parlante que sale tipo chimenea donde se reproduce la música.


Dos hamacas están colgadas justo al frente de la gran fuente, y tuve que hacer acopio de todas mis fuerzas ¡para no ir a hamacarme! (i mean it). Adriana que hubo cosas que decidió conservar de la fachada antigua, como el jazmín florecido que estaba en una de las paredes laterales. El #WineBarTrapiche es un espacio perfecto para festejar cuando el día lo permite (¡y cuando no también!) y se convirtió en la atracción principal de la casa por ser el anfitrión en las celebraciones que se están haciendo mientras dure la muestra de Casa Foa.

Es increíble cómo, aún con el paso del tiempo, estas grandes mansiones siguen en pié, guardando años de secretos e historias. Fueron testigo del paso de los años en nuestro país y van a seguir ahí, conservando la impronta de un pasado lejano. Por suerte tenemos a Casa Foa para que las rescaten y nos dejen ser parte de estos lugares. Para que podamos ser testigos de las historias que, nuevamente, se reescriban en ellas.

Noelia Torres.


PD: Muchísimas gracias a Mariela, de Personally, por la invitación y por seguir apostando en nosotras en cada evento. Muchas gracias también a Trapiche por habernos dejado participar en este encuentro. Y a Adriana Randazzo por la visita guiada, y por las preguntas que con tanta paciencia nos contestó durante el recorrido. 

4 comentarios

  1. Cuantas historias habran visto esas viviendas!!besos

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    1. ¡Un montón! No sabés lo enorme que es, ¡y lo lindas que quedaron las intervenciones! Gracias por pasar bella ♥

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  2. Respuestas
    1. Muchisimas gracias linda :) ¡Es que el lugar era precioso! jaja. Un beso, gracias por pasar ♥

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