Tengo que admitir que desde que
empezó a sonar Green Day, en esa primera escena de la camioneta que iba a
buscar a todos los jugadores por el pueblo, caí enamorada de esta película. Es
vieja (más precisamente del ’99), es típica pero es perfecta. Y contra eso y mi
desmesurado amor por las películas para adolescentes yankees, no pude hacer
nada.
Varsity Blues cuenta la historia
de un típico (si, repetí palabra, ¡pero es que es todo tan costumbrista en esos
pagos de EE.UU!) equipo de futbol americano en plena secundaria (Los Coyotes de
West Caan), un juego que reúne apasionados de todo el pueblo, incluyendo a los
padres de los jugadores, que a la edad de sus hijos también habían jugado para
los Coyotes.
Esta película que fue dirigida
por Brian Robbins es el semillero de varios actores famosos: empezando por el
mismísimo Paul Walker (joven, rubio y bonito. Como siempre) quien interpretó a
Lance Harbor, la estrella del equipo que luego de un mal tratamiento en su
lesión de rodilla, tiene que dejar el juego hasta su recuperación. Acá es
cuando entra en acción James Van Der Beek (interpretando a Mox), a quien
también veríamos protagonizando una de las series más icónicas de la televisión
estadounidense: Dawson’s Creek.
Mucho futbol americano (para los
fanáticos del deporte/novio resulta fascinante porque explica muchísimas
tácticas y el 70% de la película están en pleno partido), rebeldía adolescente,
cerveza y ganas de volver al secundario. Varsity Blues relata a la perfección
la nostalgia de los más grandes que ven reflejados en los jóvenes a sus yo del
pasado, y viven la vida a través de sus logros. Es por eso que Mox, el
personaje principal de la película, se rebela contra el mandato paterno
decidiendo que hacer de su vida y volverse un héroe por una noche.
¿Qué si la recomiendo? Sí (sin
dudarlo te lo digo). Era de esas películas que me faltaban ver, y cuando lo
hice me enamoró completamente. Porque no importa si tenés 12 (como el hermanito
del protagonista, ¡genio!), 18 o 23 años. Podés tener 60 y que tus ganas de
cambiar las cosas y de convertirte en héroe sigan intactas. Porque hay momentos
que cambian tu vida para siempre, y por eso es importante vivirlos. Varsity
Blues te enseña de lo importante que son las memorias, y que de soñar a hacer
hay un solo paso. Solo hay que animarse a tirar la pelota en el medio de la
cancha. Y que comience el partido.
Albertina.
4 comentarios
No la he visto me ha creado ganas de verla!!besos
ResponderEliminarSi te gustan los deportes, ¡te va a encantar! Besotes y gracias por pasar ♥
EliminarMe declaro fan de las películas yankees de adolescentes. La voy a ver :D
ResponderEliminarTe invito a pasarte mi blog para ver el último post sobre estilo y moda aplicada.
¡Besos!
Buenísimo, ¡somos dos entonces! Jaja. Es re linda esta película, después contame que te pareció :) Voy a pasar a visitar tu blog bella, besotes!
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