El día nos quiso hacer pagar derecho de piso para ver a Ringo Starr, e hizo que lloviera durante las 2 horas que estuvimos parados rodeando el predio del Planetario de Buenos Aires. Cuando llegamos (sin paraguas y sin camperas) había unas cuantas personas esperando la apertura de las puertas. A las 8 y media de la noche, cuando Ringo salió a hacernos bailar a todos, eramos 50 mil.
La tarde estuvo llena de sorpresas y alegrías. Los vendedores ambulantes no dudaban en ofrecer pilotos para la lluvia a todos los que nos estábamos mojando, y algunos patos que estaban nadando en el lago jugaron a ser persona y hacer las filas con nosotros (y obviamente ligaron mucho pan y galletitas).
Las puertas del predio abrieron a las 4 y media y ahí comenzaron las sorpresas. 100% Argentinos, nos dieron una bolsita ecológica del Free Music con termo/mate/yerba Taragüi para apalear un poquito el frío después de la llovisna molesta. Narda Lepes andaba caminando por la zona Movistar One, rondando su puestito de comida.
Ella es tan cargosa comenzó a tocar y la gente de a poco se fue animando. Los puestos de comida (había hasta para los veganos) se llenaron, la gente se sentaba en el pasto mojado para tomar mate y esperar con ansias a ver al famoso baterista.
"Nos espera una tarde de muchas sorpresas" dijo Jowi Campobassi al presentar a la banda tributo a Los Beatles, Durabeat, y estaba en lo cierto. David Lebón (ex Serú Girán) se subió al escenario para acompañar a esta banda, pero la locura llegó cuando presentaron a otro miembro histórico del grupo: Charly Garcia.
Después de esto (y ya sin pensar que nada nos sorprendería) los chicos de Catupecu Machu calentaron la previa a Ringo y (a pesar de que estaba sin dormir) Fernando no dejó de gritar y saltar ni un minuto. Para cuando cantaron Persiana Americana dedicándole el tema al gran Gustavo Cerati, la emoción de todos era palpable.
Fue así como a las 20:32 horas apareció la gran leyenda de la noche. Él, que tocó junto a la mítica banda británica, estaba realizando su show gratuito frente a más de 50 mil personas que coreaban todas y cada una de sus canciones. Acostumbrado a los gritos femeninos y con una sonrisa en su rostro, comenzó el repertorio rodeado de su All Starr Band, interpretando "Matchbox".
Todos coreamos a los gritos el clásico "Yellow Submarine", y cada uno de los temas que Richard Starkey cantó y tocó en su batería (que nunca puede faltar). Con los deditos en V, pregonando por la paz mundial y con una energía y vitalidad envidiables a pesar de sus 74 años, Ringo Starr hizo salir el sol y brillar las estrellas en otra noche para el recuerdo en los bosques porteños. Él, una leyenda caminando, con una pequeña ayuda de sus amigos.
Ramonalbertina.
0 comentarios