Antes que nada voy a confesarlo, me voy a sacar este peso de encima: noloterminé. Para, para... ¡¿QUÉ?! No, no lo terminé (muerte, caos, destrucción, rayos y centellas). Para una lectora empedernida y orgullosa como yo, haber dejado un libro de 1078 páginas (si, más de 1000 hojas) a más o menos 200 de terminarlo fue como haber cometido un pecado capital.
Todo comenzó cuando quise leer un clásico de los clásicos y encontré a Victor Hugo en una librería chiquita de Santa Rosa. Quedé fascinada por haber leído el título de la tapa y que diga Les Miserables, ¡él me encontró a mi! Cuando salí de la librería lo único que le pude decir a mi mamá fue que me había metido en el quilombo literario más grande de mi vida (y fue cierto).
Les Miserables fue escrito en el 1800, y a través de la vida de el ex presidiario Jean Valjean relata todas las penurias que vivían la gente más necesitada de la época. Desde el hambre y las enfermedades, las arduas tareas que tenía que hacer una madre para darle de comer a sus hijos, los maltratos, la represión, el abuso de poder... Victor Hugo plantea una idea de injusticia que en esa época no existía en la mente de los conservadores, y por eso recibió duras críticas.
Para los amantes de la historia (acá, yo, ¡yo!) es un relato magnífico. En muchas partes resulta un poco pesado de leer, pero si tienen tiempo y ganas, les juro que no se van a arrepentir. Generalmente uso a la lectura como un cable a tierra después de tanto estudio, y Los Miserables no es una obra para despejarte. Te ayuda a aprender, a conocer, a viajar. Es el típico libro que lees en el invierno junto al fuego con una chocolatada en la mano, no para despejarte después de leer las teorías de Platón y Aristóteles.
Vi la película para saber como terminaba la historia, porque me había atrapado y no iba a quedarme con la duda de como terminaba. Es muy linda, pero es un musical. Y no es Frozen que te clavan una canción cada tanto, no. En esta película TODO es cantado, así que para los que les gusta bien y para los que no, ármense de paciencia pero mírenla porque vale la pena.
¿Personajes preferidos? Dos (creo). Amé a Jean Valjean durante toda la obra, incluso cuando recién aparecía contando su historia. Creo que podría ser un ejemplo, y sufrí con él cada vez que la vida le pasaba factura por su pasado (aunque nunca haya hecho nada malo). Epopine fue mi personaje preferido de la película, y juro que no es porque haya cantado On My Own (bueno, puede ser... un poquito). Me gustó que hayan destacado un personaje que aparece como súper secundario en el libro, y que no haya sido una niña tonta como la describían, sino que haya sido una joven enamorada.
¿Puntaje? 7 (y me duele porque quería ponerle un 8). Ya dije, es un libro viejo, para disfrutar de a poco. Es un clásico que tiene que estar en la biblioteca de los fanáticos de la lectura, es un clásico que no podemos dejar de leer. Después de todo te das cuenta que aunque la historia se haya escrito en el 1800, muchas realidades reflejadas las podemos ver hoy en día. Quizás nos ayude a darnos cuenta de eso, y a empezar a hacer algo para que en un futuro no haya más Jean Valjean o Fantines en el mundo.
Albertina.
4 comentarios
Odio los musicales... pero amé este!!! La vi en el cine y la verdad, por momentos te daba piel de gallina, sobre todo el final. El libro no lo leí, y mirá que leí varios clásicos... quien te dice le de una oportunidad.
ResponderEliminarPienso lo mismo... lamentablemente por la realidad que relata Victor Hugo los clasicos siguen siendo clasicos por ser tan actuales no? Un beso!
Si tenés tiempo y ganas dale una oportunidad porque vale la pena :) ¡Gracias por pasar Vero!
EliminarEs, por lo menos, complejo leer un libro de este tenor hoy en día. No por el conflicto en sí mismo (las grandes verdades humanas son casi inmutables) sino por el estatuto del lector. Lo que cambia son los lectores y las formas de la lectura. No deberías sentirte culpable del abandono. La lectura no es un ejercicio de disciplina sino de placer. Si tenés que forzarte para terminar determinada obra es porque no es el libro para vos en este momento. Sin embargo, puede serlo en otro. Yo he re-leído libros en distintos momentos de mi vida y la experiencia fue totalmente distinta. No cambió La Guerra y la Paz, cambié yo. Y ya me arrepentí de escribir tanto porque me brota la profe... Los libros se rayan, se doblan, se pueden leer por el final y dejarlos cuando quieras. Besos
ResponderEliminarQUE GE NI A! Me encantó, gracias por el consejo, no podrías haber estado más acertada. No dudo que algún día (en otro momento de mi vida donde esté mucho más tranquila) voy a volver a retomarlo y a disfrutarlo como un clásico se merece. ¡Y me encantan que te hayas puesto en profe! jaja Este espacio es para eso, para ser nosotras mismas sin culpa, así que muchas gracias por tu comentario y me pone re feliz que este post haya brotado la profe que hay en vos :)
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