“Él es un señor de la guerra. Ella, una luchadora de la paz”.
Voy a hacer dos confesiones:
1. Cuando tuve por primera vez en
mis manos Caballos de Fuego decidí no leerlo (pero porque no había leído Lo que dicen tus ojos che, no me
juzguen).
2. Cada vez que termino de leer un
libro de Florencia Bonelli digo: “¡Esta mujer se supera libro a libro!”
Comencemos diciendo que me
enamoré perdidamente de Kamal Al-Saud al leer la precuela de la saga Caballos
de Fuego. No hay libro como ese, es mi favorito de Florencia Bonelli, y no
pensé que hubiera otro libro de ella que me guste y atrape tanto. Pero esta
saga ¡lo logró!
Saber que iba a volver a revivir
la historia de LQDTO con el hijo de Kamal y Francesca, Eliah y la hija de Aldo,
Matilde fue lo que me decidió a volver a retomar una saga con todo lo que eso
implica para mí (adicción a la lectura, intriga por saber cómo sigue,
sentimientos encontrados al querer terminar/no terminar los libros).
Es una perdición completa. Desde
el minuto 0 no pude soltarlo. En el marco del conflicto palestino-israelí, y
como escenario en diferentes lugares del mundo, la primera parte de Caballos de
Fuego transcurre en París, con amores y desamores, asesinatos despiadados y una
mezcla entre la guerra y la paz que no había logrado en otros libros.
Más de 3 años de investigación le
llevó a la escritora cordobesa Florencia Bonelli poder realizar este libro, y
no la culpo. Sus investigaciones por los conflictos bélicos, la carga histórica
que viene detrás de toda la historia de amor, las conversaciones mezcla
francés/árabe/español hace que la saga se valore muchísimo más.
Se nota que Flor le pone alma y
corazón a sus libros, se refleja en cada carcajada que largamos con las
ocurrencias de Juana, la mejor amiga de Matilde. Con los suspiros por cada
declaración de Eliah, aunque él no quiera considerarse cursi. En el enojo y el
odio que sentimos por Celia, o la lástima que tenemos por Aldo.
Otra vez, Florencia Bonelli logró
enviciarme con uno de sus libros. Logró tenerme hasta la 1 de la mañana despierta
para terminarlo, a pesar de que me diera lástima (y eso que quedan dos libros
más todavía). Otra vez Flor me hizo soñar, y me hizo viajar por el tiempo y por
Paris, gracias a un Caballo de Fuego.
Albertina :)
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