Sí, como lo escucharon, un
terrario. Idea original (no mía, pero bien por el que lo inventó) para
estudiantes de departamento desesperados por ver un poco de pasto mientras
estudian. Soy fanática de la tierra y la vida al aire libre, pero desde que
vine a vivir a La Plata el único contacto con la naturaleza es ¡Orejas! (esto
no puede quedar así). Por eso me propuse hacer mi propio terrario. ¿Cómo? Les
cuento :)
Para empezar vamos a necesitar: 1 frasco, una palita, tierra, piedras, cortezas y
lo que sea que queramos tener en nuestro terrario. Yo elegí un aloe vera
chiquito que había nacido en mi balcón.
En primer lugar, vamos a lavar
bien el frasco y poner piedras chiquitas en el fondo. Esto va a ayudar a
mantener húmeda la tierra y hacer un clima ideal para nuestro terrario. Vamos a
poner un poco de tierra para nivelar y ¡ahora sí! A plantar se ha dicho.
Después de poner el aloe vera,
puse un poco más de tierra pero, ojo al piojo, lo mezclé con unas cortezas de
un árbol que había en la vereda. ¿Para qué sirve? Para retener la humedad cada
vez que la reguemos. ¿Cómo regamos? Con una cucharada sopera cada 2 días más o
menos.
Y ¡TARÁN! (con música de fondo
jaja). Yo finalicé mi terrario con una cinta de papel donde decía “Terrario” (¡nooo
me digas!) y lo puse en mi escritorio así cada vez que estudio, tengo mi propio
terrario de vista (so much fun).
Albertina.
0 comentarios