La noche no es el mejor momento para trabajar, menos cuando
la cantidad de ropa que usas es proporcional a la plata que te entregan los
clientes y peor aún cuando es pleno invierno y hay que sobrepasar las bajas
temperaturas. Pero para Rita Marzi no hay otra opción, sino trabaja en el club
nocturno de la calle 42 no puede solventar el gran gasto que le genera la
academia de danza en la que estudia y tampoco puede pagar ese maldito alquiler
que comparte con su novio, al que ya no quiere más.
Ella quiere
ser una súper estrella, sueña con irse al exterior y brillar en los mejores
teatros de Broadway pero sabe que para poder cumplirlos tiene que luchar,
aunque ya este cansada de bailar en un caño oxidado y escuchar a esos ancianos que
le gritan cosas ordinarias.
La noche la
ha hecho una mujer que se vio obligada a creer rápidamente, que pese a que
tiene 23 parece de 30, que su cuerpo no tolera una gota más de ningún gin tonic
o whisky que esos tipos solitarios le convidan en el club. Tiene talento y lo
sabe, pero no lo presume, prefiere ser humilde, como le enseñó su madre con la
cual no mantiene ningún tipo de diálogo desde que se enteró dónde trabajaba.
Por su
trabajo se conoce todos los movimientos nocturnos, ha visto todo tipo de drogas
pero nunca las probó, tiene una clientela larga que abarca hombre de todas las
edades aunque sabe seleccionar al que tiene más dinero. Al club de “Dani” suelen
ir hombres de la alta elite platense: políticos, médicos reconocidos y
jugadores de fútbol, que están perdidamente “enamorados” de la belleza y
sensualidad de Rita.
Aquella
noche no fue a trabajar porque su hígado estaba muy inflamado, no había
pastilla sertal que le calmara el terrible dolor que sentía, era tal el
malestar que no podía hacer otra cosa más que acostarse a dormir. Pero del otro
lado de la ciudad, en la calle 42, un allanamiento se realizaba en el club
nocturno, la policía estaba revisando todos los rincones para encontrar pruebas
de lo que allí sucedía, la orden del juez declaraba que en el lugar se realizaba
venta de droga y prostitución.
La carta le
llegó temprano al domicilio de Rita, era una citación a declarar en la
comisaria n°9 de La Plata para que hablara sobre el rol que cumplía en el club
de “Dani”, quien ya estaba preso.
No pudo
hacer otra cosa que llorar, vio cómo sus sueños de triunfar se desvanecían, se
imaginó con las valijas de regreso a Chivilcoy enfrente a la puerta de su casa,
la de su madre. Se golpeó con la realidad, tenía que enfrentar la situación y
su destino.
Demetria.
2 comentarios
Una historia, que por suerte, tiene un hermoso final.
ResponderEliminarAbrazos y feliz fin de semana!
Gracias, me alegro que te haya gustado la historia!
EliminarSaludos, qué tengas una buena semana!
Demetria.