¿Soy una enamorada de los
zapatos? Sí. ¿De las botas y borcegos?
También. Pero una siempre tiene su primer amor… Las zapatillas.
Las primeras fueron unas John
Foos rojas que las lloré cuando pisé un ladrillo y se me rompió toda la suela.
Ese fue mi primer desconsuelo (zapatístico). Era la época Floricienta donde todas queríamos usar botitas de colores.
Vinieron así las botitas grises
(que el Sr. Orejas se encargó de que las tire a la basura), las verdes, las
rojas y las negras. Estas últimas 3 las sigo teniendo en el placard, junto con
las nuevas panchitas azules que me regaló mamá.
Las zapatillas son el detalle
perfecto para cualquier oufit más o menos casual (nunca voy a olvidar cuando en
la película Like Crazy la chica que casa con un vestido corto y zapatillas.
Divain).
Si usamos el vestido adecuado,
esta combinación es explosiva. Por ejemplo: me encanta como quedan con las
polleras que son cortas adelante y más largas atrás, y con una remerita básica.
Si el vestido es corto le saca un poco de seriedad al look y lo hace un poco
más relax (digamos…)
¡Lo mejor de las zapas es que tenemos un montón de
combinaciones y colores! Podes encontrar desde los colores más neutros, hasta
los más llamativos. Estampas, dibujos, ¡hasta podes armar tus propios diseños!
Las zapas son perfectas para cualquier look, ¿Vos cómo las
combinarías?
Albertina :)
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