En el centro del barrio Los Hornos, los chicos de Falopapas
armaron su estudio múltiple en el que llevan a cabo diferentes tareas. Solo
Agusto y Miguel son los que se dedican de lleno al grafiti, pero cuentan que
siempre que necesitan una mano tienen muchos amigos que los ayudan a pintar.
Agusto es profesor de lenguaje
visual II hace 12 años de la Facultad de Bellas
Artes, tiene 33 años y parece de 22. Cuando no está haciendo su labor de
profesor pasa su tiempo en el taller de Los Hornos, en donde se mudaron hace
2 años.
Miguel, es arquitecto y se dedica al diseño de audiovisual.
Empezó hace poco a pintar medio obligado por las circunstancias porque Matías,
otro de los muralistas del equipo dejó de pintar por problemas laborales y de
salud y arrancó en un principio para ayudar.
Falopapas comenzó a pintar desde el 2005, pero por
laburo pararon un tiempo y retomaron hace dos años, aunque nunca dejaron de
pintar por diversión.
“Con
Miguel hace dos años que pintamos,
paramos dos años y volvimos a pintar en eventos, murales y después cada uno
tiene sus producciones. Hay producciones paralelas, yo tengo proyectos de
pintura, el tiene de audiovisual pero siempre que hay una movida para pintar un
mural o por ahí si alguien necesita una mano lo hacemos juntos”, comenta el
profesor de Bellas Artes.
El
fondo de la casa de los Falopapas tiene las paredes repletas de dibujos. De
hecho hay muchos superpuestos. El
interior de la casa está decorada por maniquíes pintados, cuadros de ellos
colgados en las paredes y artefactos de diseño. En la planta alta están las
diferentes salas: la sala de reunión, que tiene una amplia biblioteca, la sala
de música, el taller de costura de uno de los integrantes del grupo y la sala
de audiovisual.
En
planta baja esta el taller de pintura, repleto de cuadros apilados y colgados.
La sala tiene un proyector donde proyectan los diseños y luego los moldean para
que sirva como esténcil. Esta técnica es muy particular de ellos y de hecho los
chicos cuentan que son mal vistos por el resto de los grafiteros por este
técnica para pintar.

¿Cómo es la relación con otros artistas callejeros?
Agusto:
No tenemos mucha relación. Hay muchos grupos de muralismo pero nosotros,
obviamente los conocemos, al de Luxor a Lucas lo conozco, lo que pinta es
fantástico pero por ahí no somos amigos, más allá de que este todo bien y
compartamos un espacio no tenemos una relación de amistad pero todo bien, buena
onda.
Miguel:
Pasa que en mucho aspectos nosotros vamos en contra, o no seguimos esa
corriente académica y nuestras técnicas no están del todo bien vistas, lo de
calcar con un proyector o esas cosas que hay para hacer más fácil al trabajo.
¿Desde
un primero momento pintan con bocetos?
Agusto:
Con Matías tuvimos épocas que estaban destinadas al delirio y con Miguel
siempre trabajamos con bocetos previos porque los trabajamos en la computadora,
como el maneja más la computadora que yo, se da un poco más de maña para
bocetar y para proyectarlo y armar el lugar. Él arma todo lo que es la
película, la proyección, el lugar.
Falopapas
dentro de los murales que realizaron en La Plata tiene uno que es muy emblemático que el de la casa de Barreda, al
respecto Agusto comentan que “Fue para
un aniversario lo de la casa de Barreda,
y fue como con una manera de reventar con un contenido extrovertido, por eso
hicimos un Barreda en 49 4 y 5 que tiene una remera que dice Best Dad Ever
(mejor padre del mundo) y esta con un globo de corazón en la mano, entonces era
un poco como para tomarlo en joda. Y después en la casa de Barreda, que fue el
años que querían rematar la casa y
hacerla un centro para feministas me acuerdo que fuimos y pintamos a Ricky
Espinosa, cantante de Flema.” A lo que Miguel agrega “ Es un poco jugar con el
arte pop de tomar figuras conocidas”
Este
grupo de jóvenes artistas tienen en claro que quieren divertirse y disfrutar de
lo que hace, por eso no se preocupan por ponerle nombre a las producciones, ni
por vender lo que hace. “Hacemos lo que nos gusta, si tenemos que hacer a
pedidos trabajaríamos en un banco” comenta irónicamente el profesor de Bellas
Artes y agrega “no necesariamente somos
nosotros dos los que siempre pintamos, es muy abierto, muchas veces cualquiera
hace lo que quiere, después compartimos nombre y ya fue. Son marcas, a veces
uno está en esa etapa de la vida que quiere hacer otra cosa y no tiene tiempo y
entra otro y va cambiando.”
Gracias a los chicos de Falopapas por la buena onda!
Gracias a los chicos de Falopapas por la buena onda!
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