Tal vez muchos profesionales de la medicina se interesaron por la parte
emocional de los pacientes, pero solo un hombre logró tapar ese hueco que hay
entre profesionales-pacientes. A partir de un trabajo realizado para
facultad de medicina José Pellucch empezó a interesarse por el comportamiento
del hombre pero no solo desde la medicina sino que también desde la
psicología y el arte.
Lleno
de ideas, de planes y teniendo la visión más amplia que podía tener
respecto a todos las facetas de un paciente, termina de idear la
ONG integrada por médicos, psicólogos, estudiantes y artistas cuya
objetivos principal era apoyar, contribuir y acompañar a la salud emocional de
los pacientes hospitalizados.
En el año 1992 cuando era residente
de clínica médica, José llevaba obras de teatro a los hospitales para
pacientes que se podían desplazar hasta el aula magna del hospital. La idea
continuó progresando y en el año 1997 funda "Los Rivas", que eran
profesionales de la salud que hacían obras de prevención y también comenzó a
realizar escenas teatrales junto a la cama del paciente. Al principio
esta idea se llamó "Hospiteatro", luego al incorporarse la técnica de
clown y un fin terapéutico derivó en Payamédicos.
Es normal que crean que el payamédico va al
hospital con una escena armada para hacer reír a los pacientes de los
hospitales, pero ese es un dato erróneo. Para ellos no existen pacientes, sino
que hablan de producientes, con quien a través del encuentro se puede producir.
Su tarea no es la de remplazar al médico, o cambiar la medicina tradicional.
Vienen a complementar y a llenar las grietas que por falta de tiempo los
profesionales en los hospitales no pueden cubrir. En su planeta no se
trabaja con manuales sino con lo que ellos llaman potencia interna.
***
"Lino
Ventolino"
La nave de los payamédicos arribó a La Plata en el 2006.
Actualmente se encuentran trabajando en el Hospital de Niños, el Hospital Rossi
y en la casita Ludovica, de la fundación del hospital de niños. En total
son 40 los payamédicos en actividad.
“Lino Ventolino” fue uno de los primeros payamédicos. Estuvo solo dos
años paseando, y jugando con los chicos en los hospitales de la ciudad porque
Sebastián, decidió convertirse en un formador.
“Primero tuve que hacer una formación en capital. Si bien somos payasos
de hospital hay muchas formas de hacer lo mismo y payamédicos por ejemplo no
tiene que ver con la risoterapia” explica Sebastián que dejando un rato de lado
a Lino comenta como es su trabajo como formador y agrega “vamos intentando
hacer que ese paciente pase a ser produciente y de esa forma resurja, que
encuentre que en el hospital también hay una parte sana de él.
El curso de payamédicos dura 4 meses y cuenta con una formación tanto
práctica como teórica. “En la parte practica primero se trabaja con
el imaginario del grupo: que se conozcan, desinhibirse, poder jugar. Después
hay un encuentro con la nariz que es lo más técnico del payaso. Está muy en
contacto con el público, la mirada es como la herramienta más importante porque
le permite conectar”. Finalmente en la última instancia se trata de
adaptar todo lo estudiado al hospital, para poder encuadrarlo. “No
pretendemos llegar e invadir, nos presentamos y esperamos una respuesta
positiva”, aclara el formador.
Para finalizar Sebastián contó una de las experiencias que más lo marco
durante su visita a los hospitales:
"La sala de nutrición en el hospital de niños, es una sala donde
por lo general hay chicos internados que tiene intestino corto por
malformaciones congénitas o enfermedades que los lleven a que su intestino no
ande bien y la absorción de los nutrientes no es la correcta por lo que
necesitan alimentación parenteral que lleva un catéter. Por lo general
este catéter se infecta y esto lleva a complicaciones en el
tratamiento de los pacientes. Este nene ya tenia varias internaciones en
relación a que se le infectaba el catéter, y era la primera vez que lo veíamos
y teníamos este dato. Fue en mi segundo año. Empezamos a jugar con él y surge
la posibilidad de hacer un viaje como dentro del juego, y había un
globo ahí y el empezó a hacer el ruido frotando el globo, seguimos como
en viaje nos subimos a la cama que era como una especie de nave, y él con el
ruido del globo hacemos como que se rompió la nave , y entonces se bajaba de la
nave y no se que tocaba y listo ya esta, se volvía a subir y seguíamos y al
rato lo volvía a repetir varias veces en el juego. Pensando después de la
intervención nos dimos cuenta que qué tenía que ver con esto
reinternarse y el jugaba esa situación, y nosotros como payamedicos lo que
hicimos es que pueda expresar eso que le estaba pasando ahí , y de esa forma
elaborarlo por que cuando no está la palabra o no hay un espacio para la
elaboración el estar internado es una posible situación traumática y si eso no
se elabora queda después como algo permanente." Comento el paya y concluyó
"me parece como significativo propiciar este espacio de catarsis donde se
elabore una posible situación traumatica que es la internación"
Por Ramona.
Gracias a Lino Ventolino por la buena onda! (Si, no me canso de agradecer)
PD: No se pierdan la última parte de esta linda crónica porque se vienen más anécdotas lindas :)
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