¡Feliz Día del Niño!

Hoy me subí al colectivo y parecía un gran pelotero. Globos, gritos, llantos, madres fingiendo aguantar los berrinches. Si, es el día del niño, ese momento en el que todos soltamos a ese pendejo antojon que tenemos dentro. En esa situación puede que los gritos te irriten pero traté  de ponerme en el lugar de todos nenes, y empecé a recordar como eran mis días del niño. Creo que se entiende y que está de más aclarar  que no fui premiada con el don de la paciencia, pero tranquilos, no se enojen, a veces hago excepciones.

En mi ciudad, el día del niño se festejaba en los barrio o en el centro de la ciudad. Por lo general era siempre lo mismo: chocolate (que me llego a gustar recién de grande), juegos de competencia (si, era a la que pechaban para que juegue, no quería saber nada!) , golosinas (siempre tuve despensa, no me desviví nunca por las golosinas), peleas entre los nenes ( siempre uno compraba terreno en alguno de los juegos, terminaba llorando y el juego se paraba hasta que se arregle el temita), payasos (¡siempre los odie! Siempre les tuve miedo y siempre me agarran a mi para hacerse los chistosos) y bueno, sobre todo mucha buena onda. (Si, yo siempre fui la aburrida del grupo, pero de todas formas la pasaba bien)
El día del niño representa 24 horas de amor incondicional en donde los padres se tragan ese “cállate pendejo” o ese “pasa para allá que no te voy a hacer nada” porque bueno, es una ocasión  especial para sus hijos. Es así que los nenes considerados “san putas”  son los que más disfrutan de su día. Rompen, gritan, demandan, corren para acá, se caen, corren para allá, gritan de nuevo, vuelven todos embarrados y con un resfrío atroz, pero lo más importante es que lo pasan genial porque no desperdician ni un minuto de su día.

¿Los regalos?

Y son todo un tema los regalos… en particular nunca la pegaron. Por lo general cuando sos chico esperas juguetes y siempre están los que no saben que juguete regalarte y te traen ropa que vos miras con una sonrisa comprometedora y cuando se da vuelta empezas a hacerle gestos a tu mamá. Eso pasa con los nenes  rescatados, porque los que no tienen filtro no dudan en tirar el palo: “¡otra vez ropa!”.   

Las nenas somos más cuidadosas que los chicos, así que puede que una que otra todavía de grande conserve algún regalo especial del día del niño. En cambio los chicos… son un poco, especiales respecto a los juguetes. En general el cochecito que le regalan esa tarde no llega a la cena porque se lo rompió otro nene, porque se emocionó mucho jugando y chau rueditas, porque le pintó hacerse el mecánico y lo desarmo… en fin, las madres siempren tienen que tener una alternativa nueva para estos casos. No va en mí saberlas porque soy tía de muuuchos sobrinitos pero no soy madre jaja.

En fin, el día del niño es muy kilombero y lleno de felicidad, así que le deseo a todos (en especial a  mis 8 sobrinos, que la mitad no son tan niños)  ¡un feliz día del niño!  Y hoy aprovechemos y saquemos ese niño que tenemos en el interior J


Ramona. 

2 comentarios

  1. Pues es que cuando eres un niño y te ragalan ropa es un fiascooo :P Jajajaj! Un besazoo!

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  2. Lovely post, darling!!!!
    Have a great start of the week!!!

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