Mundo Azul


Tu mirada es mi dulce armonía y tu risa es mi alegría de cada día. No existe el cansancio, no me canso de mirarte, caigo en tus ojos, en ese mar de color tan claro, tan celeste. Comienzo a ahogarme en ellos, trato de respirar pero no puedo, intento nadar a la superficie pero cada vez me  hundo más. El color celeste se va oscureciendo a cada metro que me alejo de la superficie, se va convirtiendo en plena oscuridad, un negro profundo e intrigante se acerca, mis ojos se topan con esa oscuridad, la oscuridad de tus pupilas, las que me llevan a pensarte hasta el amanecer, por largas horas que no tienen un fin.

En cada palabra que digo busco la poesía, esa poesía te la dedico a ti porque transformaste mi perspectiva de ver la vida, la vida misma me lleva hacia ti a pesar de que vos no sepas que te dedico cada una de mis poesías. Los sentimientos van aumentando lentamente, al igual que el volumen de una burbuja. Va subiendo con su llamativa delicadeza, con su relieve delicado; dando la impresión de que está en una situación extrema, sin saber en que momento puede reventarse. Mi estado es igual a esa esfera de agua, con la certidumbre de no saber cuando esta ilusión que me creo puede explotar y ubicarme una vez más en esta realidad, en esa realidad en la que no estas, en la que sentada en el café te veo trabajar.

Pero dicen que de las ilusiones y de los sueños se viven, que hay que tener la esperanza en alguien. Que no hay un sentido si siempre estas entre las corridas y las desesperaciones del trabajo o estudio. Sin embargo, no creo que esta burbuja dure mucho, no pienso que este aislamiento en que le dedico todo el tiempo a tu persona dure mucho, pero en cada momento armo otra burbuja para estar cerca de ti una vez más.

Cada día es lo mismo, mi rutina se ha convertido en una dedicación hacia ti. Cualquier cosa me hace recordarte con gran facilidad. Voy caminando a paso dudoso y con la mirada en el suelo, veo correr el suelo y mi mente empieza a girar como esa cafetera que usas para hacer los pedidos. Termino mareada y sin rumbo alguno, buscando ese camino que me lleve a tus ojos otra vez, en esos ojos donde encuentro la paz que me traslada a ese mundo pequeño y con los mejores arco iris.

La música va tomando su ritmo y mi corazón también. Tú eres mi melodía, mi canción favorita con la cual encuentro un éxtasis ideal. Me gustaría gritar que te has convertido en mi única droga, la mejor droga para mi acelerado y  bobo corazón, con la cual mis manos tiemblan cuando te tengo cerca y cuando no también.
Golpeo la cuchara contra el borde de la taza y con mi lápiz trato de dibujar esos ojos que son mi mejor influencia. No sé por cuanto tiempo más podré estar es esta pequeña mesa, ya hice de todo, pedí un café, medialunas y me entretuve leyendo, todo esto con la más maravillosa vista. Pero debo marcharme, alejarme de ti ahora con una gran pena. Espero que mañana sea otro gran amanecer como el de hoy, el de ayer, el de antes de ayer y los muchos días que mi alma volvió a vivir gracias a ese mar azul, mi mar azul.


Romanela :)

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